Investigación

República Dominicana, destino estratégico para trasiego de droga

República Dominicana, destino estratégico para trasiego de droga
República Dominicana, destino estratégico para trasiego de droga

La ruta de la cocaína de América inicia en Colombia. Allí en los últimos años se ha triplicado la producción.  En el caso de República Dominicana las investigaciones establecen que se recibe droga pura que sale desde La Guajira, una zona ubicada entre Colombia y Venezuela.

Utilizan lanchas rápidas para desplazarse en un viaje directo. Otros salen supuestamente a pescar, pero realmente están buscando un viaje con droga lo que en esta jerga se conoce como “medio palo”. Regresan por costas inhóspitas en pequeños botes sin motor para evitar ruidos. 

Cerca de las costas se ubica una casucha o villa que sirve de lugar de resguardo con hombres fuertemente armados.  Al cabecilla del equipo le llaman “el fiscal”.

Autoridades antinarcóticas con mucha presión

La naturaleza única de República Dominicana como puente de la droga intensifica la presión sobre las autoridades. Las conexiones de transporte marítimo y aéreo hacen que el país sea una encrucijada para el narcotráfico que proviene de Sudamérica con destino a los mercados de América del Norte y Europa.

“En el caso de la marihuana normal, la que entra por Haití que es la que más se consuma en la RD, la que más va al microtráfico, pues recientemente dimos un golpe muy contundente de más de 1000 libras de marihuana en la frontera con Dajabón junto con el CESFRONT y el ejército que son pieza vital en la frontera”, explica Carlos Devers.

Territorio virtuoso para la droga

La geografía montañosa, las costas poco patrulladas y la red de pequeñas islas brindan oportunidades ideales para eludir la vigilancia. La República Dominicana es un punto intermedio, donde la mercancía ilícita puede ser almacenada y dividida en diferentes rutas hacia destinos finales.

Las autoridades dominicanas están colaborando con fuerzas internacionales para enfrentar este desafío creciente. La inteligencia compartida, el rastreo de transacciones financieras y el intercambio de información sobre rutas y técnicas de camuflaje han resultado esenciales para ralentizar el flujo de drogas.

Para afrontar este desafío, las autoridades deben mantenerse al día con las últimas tendencias y técnicas utilizadas por los narcotraficantes. La inversión en tecnología de detección más avanzada y la formación constante del personal encargado de combatir el tráfico de drogas son esenciales para nivelar el campo de juego.

Más contenido por Addis Burgos

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