Reporte Especial

Estafa inmobiliaria: Sueños sepultados 

Santo Domingo. – Invertir en un residencial turístico en República Dominicana, a pocos metros de la playa la Caleta, en la provincia de La Romana, conquistó el corazón de cientos de personas que anhelaban escapar de la rutina en lo que prometía el escape perfecto a sus sueños. Sin embargo; lo que parecía un paraíso en la tierra resultó ser una pesadilla al hacer su inversión en la compañía My Three Sons. 

Cuatro personas denunciaron en el programa Reporte Especial con Julissa Céspedes, que se transmite todos los domingos por CDN canal 37. Son personas que dijeron haber sido víctimas de una supuesta estafa inmobiliaria que supera la suma de más de 190 millones de pesos.  

Cada vez son más casos de estafa, la historia se repite sin parar. Varios extranjeros y dominicanos de la provincia de La Romana aseguran ser víctimas de estafa inmobiliaria con vicio de construcción e incumplimiento de contrato. 

Según el relato de los denunciantes, el residencial Estrella Marina, cuenta con 207 casas de tres estilos diferentes: Coral, Calamar y Delfín, de las cuales el 75% cuenta con vicio de construcción. Siendo la del modelo Calamar la que tiene más unidades comprometidas. 

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Uno de los más afectados en esta presunta estafa inmobiliaria, es un dominicano que radica en los Estados Unidos, Luis Alberto Rivera, quien para el 2018 ya estaba familiarizado con el proyecto debido a que previamente compró una casa, manifestó su interés en adquirir otra de estas viviendas como regalo para su madre. Debido a la confianza, le entregó a Oscar Gómez Paulino un millón 500 mil pesos en efectivo. 

La casa a pocos metros de la playa del residencial Estrella Marina, modelo Delfín de 106 metros cuadrados, estaba valorada en 3 millones de pesos. La entrega debía completarse en los primeros meses del 2019, y aunque han pasado 6 años, no ha recibido el inmueble. 

Rivera aseguró que la compañía Grupo Gómez Oriental, representada por Oscar Gómez Paulino, utilizó varias artimañas para atraer a los inversionistas. Habla de promesas falsas y estrategia de marketing engañosa y de esta manera captó la atención de compradores.  

En el 2022, Rivera al no recibir el inmueble demandó a la compañía y su titular por la vía penal, dicha demanda no prosperó. 

Rivera y sus abogados interpusieron una demanda ante el Juzgado de Primera Instancia de La Romana contra Oscar Gómez Paulino y el Grupo Gómez Oriental. Además, llamó a intervenir de manera forzosa la empresa My Three Sons, se conocieron cinco audiencias, la última fue el 25 de agosto de 2023.  

Conforme la sentencia, a pesar de que la entidad My Three Sons no fue quien recibió el millón y medio de pesos, en el tribunal se mostró una certificación original del contrato transaccional entre esa entidad y Oscar Gómez del Grupo Gómez Oriental, donde la misma se obliga a la responsabilidad contractual con el comprador para responder a la entrega de la vivienda del demandado.  

Para llegar a un acuerdo en enero del 2023, conforme las pruebas que se presentaron en el juicio, Rivera entregó en marzo de ese mismo año un cheque del millón y medio de pesos restantes por el pago pactado en el contrato que firmó. 

El 5 de diciembre de 2023, la Segunda Sala de la Cámara Civil de La Romana, presidida por el juez Abrahán Severino Saldivar, ordenó a la compañía My Three Sons, la entrega del inmueble, así como del título original, y la suscripción de un contrato definitivo a su propietario. 

Además, se condenó a esta entidad y al grupo Gómez Oriental al pago de una astreinte de 2 mil pesos por cada día de retardo. 

A pesar de la sentencia, en su última visita al país, Rivera comprobó que la vivienda está siendo ocupada por otras personas. Además, no sabe si es una renta o se trata de una compra, ya que nadie le ha dado información. 

El caso de Rivera no es el único en el residencial Estrella Marina, también están otras las víctimas que denuncia haber sido estafados. 

A finales del 2014, Cristina Valdez de Tatum, una dominicana casada con un canadiense y radicada en los Estados Unidos, compraron su casa. Su esposo fue quien vino primero al país a ver el proyecto, siendo ellos los terceros en habitar el residencial Estrella Marina. 

Según el relato de la denunciante, fue publicidad engañosa, ya que el área verde al frente de su casa se tomó para construir más edificaciones.  

A esta lista también se suma, la cubana residente en Estados Unidos, Elsy Yanet Leonso, quien desembolsó más de 6 millones de pesos para adquirir una casa de verano en el 2021, modelo Calamar, pero no recibió por lo que pago. 

Conforme con el documento de venta, la propiedad valorada en 130 mil dólares cuenta con más de 200 metros cuadrados, tres habitaciones, dos baños y una piscina; esa fue la casa de sus sueños, por lo que firmó un contrato de compra con la empresa My Three Sons. 

Pero los vicios de construcción no solo fueron en la casa, sino que también en las campañas publicitarias que tenía la empresa se mostraban casa de verano con grandes áreas verdes, centro de recreación para los niños y una piscina para todo el recinto.  

Según el testimonio de Elsy Yanet Leonso, durante la entrega de la vivienda faltaron algunas cosas por terminar, desde losetas del piso levantadas hasta breaker eléctrico, incluso cuando llueve la casa se inunda por falta de filtrantes.  

Ante la falta de respuesta de My Three Sons, Leonso y su esposo han tenido que hacerse cargo de los daños.

Mientras que la estadounidense Sandra Lazo, también adquirió una vivienda en el 2021, en el mismo residencial y por la cual pagó 115 mil dólares.  

Lazo pensó que viviría en un paraíso, pero su vivienda no solo tenía vicios de construcción, sino que tiene una plaga de comején. 

Según la denunciante, ha tenido que hacerse cargo de todos los arreglos de su casa, ya que la empresa tampoco le ha dado la cara. 

Se siente decepcionada, ya que decidió invertir en la República Dominicana, tras muchos sacrificios y su sueño se convirtió en pesadilla. 

La desesperación de los residentes en el citado residencial crece día a día al ver cómo sus inversiones se desmoronan literalmente ante sus ojos. Las condiciones de construcción son deplorables, generando un ambiente insalubre y riesgoso para aquellos que esperaban encontrar un hogar seguro. 

Este problema ha dejado una cicatriz en la confianza de los inversionistas, destacando la necesidad de una regulación más estricta en el sector.  

Las lecciones aprendidas de esta experiencia deberían recordar la importancia de la transparencia y la integridad en la industria inmobiliaria. Así los futuros compradores confiarán en que sus sueños de un hogar propio no se desmoronarán ante la falta de ética de unos pocos.

Por Carmen de los Santos  

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