Reporte Especial

Cómplices de su propia muerte 

Santo Domingo.- Es irónico que la nación que acunó el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se haya convertido en un cementerio para estas. 

República Dominicana es el segundo país en América Latina con la mayor incidencia de feminicidios. La tragedia se torna aún más compleja cuando las propias víctimas, no logran reconocerse como tal, convirtiéndose, en cómplices de su propia muerte. 

En más de una ocasión, se han compartido videos y noticias que revelan casos de mujeres que, alegadamente, fueron agredidas por sus parejas, y sorprendentemente, estas salen en defensa de los mismos.  

Este fenómeno desafía la lógica y la comprensión: la persistencia de las «parejas penales». Estas relaciones tóxicas, donde las víctimas optan por permanecer junto a sus agresores, tejen una compleja trama de justificaciones distorsionadas y esperanzas desvanecidas.  

En este sombrío escenario, la justicia a veces parece extraviarse, liberando a los agresores de sus crímenes, mientras las víctimas quedan atrapadas en un ciclo de abuso. 

El fenómeno de la mujer maltratada es una complejidad dentro de la violencia de género, que se agrava a medida que las víctimas se aferran a la idea de cambiar a sus agresores. La realidad se desdibuja, y la justicia, en ocasiones, no logra colocarse en el lente de la víctima.  

Estos casos de complicidad con el agresor se manifiestan en todos los estratos económicos, alcanzando incluso a figuras de la vida pública muy reconocidas.  

Este preocupante fenómeno trasciende las barreras socioeconómicas, evidenciando que el problema de las «parejas penales» afecta a mujeres de diversas condiciones y estatus social. 

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Relato de víctimas

El programa Reporte Especial con Julissa Céspedes, que se transmite todos los domingos por CDN canal 37, ha tenido acceso a dos testimonios de mujeres que prefieren preservar su identidad en el anonimato. Estas mujeres aseguran que sus parejas poseen defectos, como cualquier otra persona. 

María, nombre ficticio, de 28 años, se vio envuelta en una discusión con su pareja y padre de dos de sus tres hijos. Durante el altercado, su hijo mayor de 7 años se asustó y llamó al Sistema Nacional de Emergencias 911, lo que resultó en el arresto de su pareja de 38 años. Después, María tuvo que trasladarse a la fiscalía para solicitar su liberación. 

Mientras que, a finales del 2023, Juana, nombre ficticio de 54 años, se encontraba en su hogar cuando su pareja de 46 años, padre de uno de sus cuatro hijos, llegó visiblemente afectado por el alcohol.  

A pesar de sus intentos de entrar, Juana se negó a abrirle las puertas debido a que llevaba varios días consumiendo alcohol de manera excesiva. Ante la persistencia de su pareja, Juana decidió llamar a la Policía Nacional, quienes procedieron a su arresto. Posteriormente, Juana se vio en la necesidad de acudir a la fiscalía para abogar por su liberación. 

La complicidad de las víctimas con sus agresores, en ocasiones, se convierte en un círculo vicioso difícil de romper, contribuyendo a la perpetuación del maltrato. 

Estadísticas sobre la violencia machista 

¿Pero cómo la violencia se puede tomar a la ligera en un país en el cual el 2022 creo un escenario desgarrador: cada 8 horas, una persona, es su mayoría mujer, denunció ser víctima de violencia de género o intrafamiliar?  

La fatalidad que acompaña a la muerte de las mujeres en manos de sus parejas o exparejas sentimentales representa el síntoma más atroz y desgarrador de la violencia de género. Cada pérdida trasciende las frías estadísticas para revelar historias individuales de sufrimiento, vidas truncadas y sueños que se desvanecen prematuramente.  

Hasta el 21 de enero de 2024, las autoridades han registrado ocho feminicidios íntimos, un dato de especial preocupación. Lo impactante de esta estadística es que ninguno de estos casos contaba con denuncias previas.  

El año 2022, conforme a las estadísticas de la Procuraduría General de la República, estuvo marcado por un aumento significativo en las denuncias por violencia de género, que es cualquier forma de violencia basada en el género, y por denuncias de violencia intrafamiliar que se refiere a los actos violentos que tienen lugar dentro del ámbito familiar. 

En el caso de la violencia de género, se registraron 22,163 denuncias. La violencia física, con 7,447 casos, destaca como una forma cruda de agresión que las mujeres enfrentan en la sociedad dominicana.  

Sin embargo, la violencia verbal y psicológica, con 14,716 denuncias, demuestra ser igualmente perniciosa, dejando cicatrices invisibles, pero profundas en las víctimas. 

La violencia intrafamiliar, regulada por el artículo 309-2 del Código Penal, se presenta como otro frente crítico con un total de 54,441 denuncias. La violencia física intrafamiliar suma 21,862 casos, evidenciando algunos hogares no son un espacio seguro. Además, la violencia verbal y psicológica, con 31,758 denuncias, y la violencia patrimonial, con 821 casos, refuerzan la complejidad de la situación. 

Los feminicidios

Cada tres días en promedio, una mujer pierde la vida a causa de la violencia perpetrada por sus parejas o exparejas sentimentales. Las estadísticas ofrecen una perspectiva alarmante de la realidad que viven las mujeres en la República Dominicana, pero podrían no representar la realidad en su dimensión absoluta. Según los datos de la Procuraduría General de la República, entre 2005 y junio de 2023 un total de 1,714 mujeres perdieron la vida. 

Las estadísticas del 2022 despliegan un mapa alarmante de la seguridad de las mujeres. Al adentrarnos en los números, encontramos que eventos como despojo de celular, riña entre bandas, y sicariato registran tasas de mortalidad nulas. 

Sin embargo, el análisis más profundo revela un aspecto sombrío relacionado con la delincuencia directa. Los intentos de atraco y las víctimas de robo o atraco han dejado un rastro de tragedias, sumando un total de nueve muertes con tasas de 0.17 y 0.13, respectivamente. La vinculación con situaciones delictivas, como el relacionado con droga, presenta dos muertes, con una tasa de 0.04. 

En cambio, el foco de atención se desplaza hacia el feminicidio íntimo, perpetrado por parejas sentimentales, que se alza 63 vidas perdidas, representando una tasa de 1.16 por cada 100,000 habitantes. Esta cifra eclipsa drásticamente las tasas de otros eventos vinculados directamente con la delincuencia. 

En el panorama global, los números totales de feminicidios 63 contrastan con aquellos vinculados directamente con la delincuencia 12. Esta disparidad, sumada a la magnitud de las cifras, resalta que las probabilidades de ser víctima de feminicidio son significativamente mayores que caer en otras circunstancias. 

Por Ángela Ramírez 

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