Santo Domingo. – Los recientes acontecimientos ocurridos en Haití han sumido más en el caos profundo a este Estado fallido, donde las bandas criminales y las pandillas se han adueñado del control del 80% del territorio de ese país, según un informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, publicado en octubre de 2022.
El citado informe indicó que existen alrededor de 200 agrupaciones criminales que siembran el terror en la población, 95 de estas operan en la capital Puerto Príncipe, y cuyo poder e influencia no dejan de crecer.
El programa Reporte Especial con Julissa Céspedes, que se transmite todos los domingos por CDN canal 37, investigó el origen de estos grupos armados, los cuales impidieron que el pasado martes 5 de marzo aterrizara el avión en el que arribaría al país el primer ministro interino de Haití, Ariel Henry.
El mandatario había participado en la Cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom), en Guyana. Posteriormente viajó a Kenia para firmar un acuerdo bilateral que facilite el despliegue de una fuerza multinacional en el país caribeño.
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Las bandas en Haití
Entre 1957 y 1971, durante la dictadura de François Duvalier, conocido con el sobrenombre de “Papa Doc”, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se registró la existencia de bandas en Haití, destacando especialmente la célebre Tonton Macoute (hombres del saco en español)
Durante más de tres décadas, la Tonton Macoute utilizó el terror como su principal arma para apoyar el régimen dictatorial de la familia Duvalier. Esta organización estaba formada de grupos de paramilitares.
La caída de la dictadura no llevó automáticamente a la desaparición de esta estructura violenta. En su lugar, hubo un vacío de poder que llenaron diversas facciones, incluyendo pandillas y otros grupos armados.
En la década de 1990, se formó el Frente Revolucionario Armado por el Progreso de Haití (FRAPH), grupo paramilitar acusado de violar los derechos humanos. Esa época estuvo marcada por golpes de Estado, disturbios y conflictos internos.
Primera década siglo XXI
Para los años 2000, surgieron los Chimeres o “Fantasmas”, vinculados a partidos políticos y líderes. Eran grupos armados que participaron en actividades violentas durante los periodos de agitación política en Haití.
Para esa misma época, también surgieron más grupos paramilitares, por ejemplo: “Rebelión Artibonite”, que participó en la violencia durante el conflicto político en 2004. También se le atribuye su contribución en la caída del presidente Jean-Bertrand Aristide.
En 2005 surgieron “Gran Ravin Posse (GRP)” y “Basee Bo Kòd (BBK)”, operando en áreas urbanas como Cité Soleil, una comuna de Puerto Príncipe.
Tras el devastador terremoto de 2010, se evidenció un aumento en la formación de grupos armados y milicias. En ese periodo surgieron los Gangs de Tierras, pandillas relacionadas con disputas por terrenos.
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Años recientes
En 2017 se formaron nuevas facciones, pero empeoraron luego de que el asesinado presidente, Jovenel Moïse, asumiera el poder, y las utilizaras como herramientas opresoras.
Una de las pandillas más temible es la G9 an Fanmi e Alye (Grupo de los 9 una Familia y Aliados), organización que es una alianza formada por los 9 grupos armados más poderosos de Haití con base en Puerto Príncipe, y que presenta como su líder Jimmy Chérizier, conocido como “Barbecue”, quien empezó su carrera criminal en 2016, siendo miembro de la Policía Nacional haitiana.
En el 2022, la ONU registró casi 2,200 asesinatos, el doble que el año anterior. Los haitianos reaccionaron con indignación y protestas después de una ola de muerte de policías a manos de las pandillas.
Nuevo modus operandi
En ese mismo año, la pandilla 5 Segundos del barrio Village-de-Dieu en Puerto Príncipe, liderada por alias «Izo», atacó y ocupó el edificio del Palacio de Justicia de Puerto Príncipe, creó puntos de paso forzoso y tomó el control de la venta de gasolina en el mercado negro.
Mientras que el 12 de septiembre del 2022, la pandilla de “Barbecue”, tomó la zona de los depósitos de combustibles en Puerto Príncipe exigiendo la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
También bloqueó el acceso a unos 10 millones de galones de diésel y gasolina, y más de 800,000 galones de kerosén, llevando al cierre de gasolineras y obligando a hospitales, bancos y comercios a reducir sus servicios.
Para agosto del 2023, al menos siete personas murieron en un ataque perpetrado contra los integrantes de una marcha convocada por un pastor cristiano. Más de 10 manifestantes heridos y otros secuestrados en Canaán, una zona controlada por un grupo armado dirigido por alias Jeff.
Estas pandillas y grupos armados han llevado a la población haitiana a vivir aterrorizada, sumida en un clima de violencia constante y de extrema inseguridad.
