New Jersey, EE.UU. – La diáspora dominicana se expande sin cesar, sumando cada vez más personas fuera de los confines de la República Dominicana. Sea por razones laborales, académicas o de residencia, esta comunidad despliega un papel de suma importancia para el desarrollo nacional. Los representantes legislativos de ultramar ejercen una función crucial como puente entre esta diáspora y el gobierno, garantizando que sus inquietudes y opiniones sean tomadas en cuenta en el ámbito legislativo. ¿Cómo se encuentra este vínculo legislativo con la diáspora dominicana?
En este episodio de Tu Voz, Tu Voto desde New Jersey, nos reunimos con algunas voces de ciudadanos que se encuentran trabajando por el bienestar de la diáspora dominicana. Bajo la conducción de Katherine Hernández, en la mesa nos estuvieron acompañando Yeannette García, emprendedora y ejecutiva; Henry Francisco, empresario y promotor deportivo dominicano en EE.UU.; Juan Villar, profesor y ex director de la Escuela Gregorio Luperón y George Washington Hight School; y Víctor Jiménez, dominicano empadronado en el exterior.
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«Tenemos 12 años desde que se aprobó la ley que garantiza que los dominicanos en el exterior tengan representantes en el congreso. ¿En qué ha fallado esto? Primero, que la mayoría de los electos han ido a servir a intereses especiales. Segundo, se han olvidado de que van allí como representantes electos de un partido, siendo presos de una agenda partidaria. Tercero, que nunca han buscado un consenso de esta comunidad», dijo Juan Villar, como apertura de la entrevista.
El verdadero rol de los diputados de ultramar
De acuerdo a la Ley 136-11, los diputados de ultramar en la República Dominicana juegan un papel esencial en la Cámara de Diputados al representar a los ciudadanos dominicanos que viven en el extranjero. Aunque comparten funciones primordiales con otros diputados en la Cámara, su enfoque se dirige específicamente hacia las necesidades y preocupaciones de la diáspora dominicana. Sin embargo, en la ejecución no es exactamente así.
«La palabra mágica aquí es vínculo. Cuando hablamos de vínculo, el que representa la comunidad tiene que ser de ella. Tiene que darse a conocer por nosotros», explicó Henry Francisco. «Como no hay un vínculo la gente no se identifica, la gente tiene apatía por los políticos y es porque ellos condicionan el voto en tiempos de elecciones».
Los diputados de ultramar tienen la responsabilidad de abogar por los intereses y preocupaciones de la diáspora dominicana ante la Cámara de Diputados, garantizando que sus voces sean tomadas en cuenta en el proceso legislativo. Una tarea que ha sido cuesta arriba, considerando las limitaciones de partido.
«La apatía de la gente tiene que ver mucho con el mensaje. El mensaje no le está llegando a la gente, o mejor dicho, no le está llegando como debe ser», dijo Víctor Jiménez. «Vamos a ser más inteligentes, ¿Qué necesito yo de un diputado de ultramar? Que legisle. Que las acciones que tome en el congreso sean para ponernos la vida más fácil».
