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Mujer queda postrada y dependiente de una sonda tras mala práctica médica

Las denuncias por mala práctica médica cada día son más frecuentes tanto en clínicas como en hospitales, sin embargo llevar estos casos a la justicia para demostrar que se trató de una negligencia médica en muchas ocasiones se convierte en un laberinto sin salida.

La periodista Addis Burgos en el programa Desclasificado presentó un nuevo caso, una mujer que tras realizarle una histerectomía hace cuatro meses vive con una cruz a cuestas y aclama una solución para su tragedia.

La víctima es Susana Martínez, de 47 años. Su vida transcurría con normalidad, se dedicada a vender pollos asados para proveer para sus cuatro hijos tras la muerte de su esposo, el 11 de julio de este año, decide ir a la clínica San Cristóbal, a causa de un fibroma, allí es atendida por la ginecóloga Mayra Gonzales, misma que le practica la cirugía de dicho fibroma y también una histerectomía para extirpar sus órganos reproductivos, no imaginaba el proceso frustrante que se aproximaba.

“Ella me operó, me llevan a mi habitación a los tres días me mandan para mi casa, a los cinco días, estoy con un dolor que no aguanto. Le digo a mi mama que tengo dolor, mi mama me dice que me relaje que eso es normal, yo le dije que eso no era de relajamiento arranco para la clínica San Cristóbal, llamo Mayra Gonzales, que es mi doctora, ella me dice que, que me pasa?, yo le digo que tengo fuerte dolor en mi vagina”.

Según la denunciante la ginecóloga Mayra Gonzales, al percatarse de que algo no andaba bien a los cinco días de la cirugía, cuando el dolor era inaguantable y la incomodidad era perturbadora, la lleva nuevamente al quirófano.       

“Me hicieron una resonancia, ella misma me dijo que se llamaba una cúpula, me lleva a cirugía de nuevo, pero no me pudieron poner anestesia porque yo tenía una anemia cuando la anestesióloga me va a mirar me dice que no se hacía responsable a ponerme anestesia porque yo tenía una anemia ella me dice negra vamos hacerlo suavecito, pero yo pensaba que era algo que no iba a doler tanto”.

Susana, explicó como padeció todo el proceso después de una segunda intervención quirúrgica y lejos de mejorar su cuadro terminó empeorándolo.

“Me llevaron a mi habitación, me pusieron un medicamento, me quede dormida, cuando despierto le hago seña a quien estaba conmigo, en la segunda cuando el volvió ya yo no supe de mí, me dijo que dure tres días en intensivo, de ahí ahora sufro depresión, sufro de azúcar, sufro de los nervios cosa que yo nunca, hasta la bulla que hace la gente me molesta”

Ante las agonizantes quejas de Susana, la ginecóloga Mayra Gonzales alega que no la ha operado de la vejiga por lo que intenta desvincularse del cuadro de la paciente, la desesperación de esta mujer es evidente y entre lágrimas narra cómo tiene que lidiar con las situaciones que de acuerdo con sus palabras son consecuencia de las dos intervenciones quirúrgicas a manos de esta doctora.

Susana dice haber recibido información relevante en medio de su trauma, un urólogo del centro que decidió no revelar para protegerlo, le informo que le habían cortado la uretra durante esa operación y que debido a esto no se le podía quitar la sonda, ya que para hacerlo habría que practicarle un trasplante de uretra, situación que la condenaría de por vida a depender de una sonda.  Ante la desesperación de no saber qué hacer con lo que está padeciendo, decide publicar su caso a través de un video en las redes sociales en el que acusa públicamente a la ginecóloga Mayra Gonzales y la doctora Carmen Payano, directora de la Clínica San Cristóbal, posteriormente acusa a ambas de acorralarla exigiéndole que desmintiera los videos que hizo públicos hablando de mala práctica.

“Yo supuestamente el doctor me decía, que la uretra, que un riñón, ahora ellos todos se confabularon y dicen que yo estoy bien, estoy tan bien que mire como sigo entonces ella ahora me dice  a mí que yo tengo que recoger los videos, como yo voy a recoger esos videos, esos videos lo hice yo en una depresión, yo me siento fatal porque yo soy que mantengo a mis hijos y mi mama ya es de la tercera edad”

Desesperada, clama por un doctor que le pueda ayudar en su caso, ya que asegura no sentir confianza de volver a ponerse en manos de la ginecóloga Mayra González a quien denuncia.

“Yo quiero que me vea otro médico, porque ya de verdad yo en ellos no veo que ellos, no lo veo, ellos dicen que todo está bien, pero todo no está bien, porque sigo amarrada a esto,  y como me dijo allá la doctora en la clínica San Cristobal, la directora, que yo puedo vivir con esto, que yo puedo vivir con esto, que trabaje que eso yo puedo hacer mi vida normal, yo no quiero esto en mi cuerpo”

Tras la cirugía de histerectomía, Susana, ha padecido recurrentes infecciones como resultado de llevar una sonda desde hace aproximadamente cuatro meses desde aquella intervención quirúrgica de la cual asegura que lejos de ayudarla a resolver un problema de salud, se ha convertido en su mayor tormenta robándole la paz.

Clínica San Cristóbal

El equipo de investigación se puso en contacto con la dirección de la Clínica San Cristóbal, para conocer su versión sobre la denuncia que salpica directamente al centro de salud. 

La doctora Carmen Payano, directora de la Clínica San Cristóbal y a la vez ginecóloga, asegura que, en el procedimiento de intervención quirúrgica de Susana Martínez, ocurrieron complicaciones en el cuadro de la paciente y afirma que se le dieron todas las atenciones de lugar por lo que se encuentra en perfectas condiciones.

Evidentemente las declaraciones están divorciadas del estado de salud de la denunciante. Carmen Payano, establece que el ginecólogo no trabaja con la uretra, y por ende es imposible que tenga una lesión en esta parte. 

La directora de la Clínica San Cristóbal, asegura que Susana está en perfectas condiciones y que este caso no se trata de una mala práctica, pero la realidad es que tras casi 4 meses Susana sigue arrastrando una sonda que ha contraído bacterias, provocado dolor y complicaciones.

A pesar de las negaciones de la médico hay una realidad palpable, la paciente se encuentra postrada y dependiente de una sonda para orinar luego de un procedimiento quirúrgico. Sorprende que a casi cuatro meses el centro si efectivamente ha buscado una solución para Susana como plantea no tenga un expediente clínico que sustente el cuadro y la involución post quirúrgica. Si en realidad cortaron su uretra tendrá que demostrarse con nuevas pruebas clínicas a las que Susana aún no ha tenido acceso, asegura temer por su vida y desconfiar de su futuro en manos de las mismas personas que niegan que su dolor y condición sean reales mientras se desgasta cada día.   Su pedido es recibir una mano de auxilio de especialistas conmovidos por su caso.

Más contenido por Redacción CDN