Trajes de vampiros, calabazas, telas de arañas, atuendos con gruesos cuernos y túnicas con colas que se arrastran en el piso, dulces, fiestas; eso es Halloween, la fiesta de la noche.
Y es que, aunque no es una tradición en la República Dominicana, cada año es más visible su penetración en la cultura de este país.
Estas manifestaciones, que en tiempo atrás carecían de importancia para los dominicanos, en la actualidad muchos la esperan con ansias; sobre todo por aquellos que gustan de compartir en establecimientos y discotecas.
El dominicano tiende a adoptar costumbres de celebraciones internacionales y esta no ha sido la excepción, aún cuando ha encontrado el rechazo de una parte de la sociedad, los más jóvenes y los centros comerciales han acogido la festividad.
A pesar de que el día oficial es el 31 de octubre de cada año, desde principio del mes de octubre, los centros de diversiones han hecho gala de fiestas temáticas y ofertas especiales para atraer a esas personas que han adoptado esta tradición como si fuera suya.
En muchos casos, este tipo de celebración ha generado polémica en los medios de comunicaciones, en especial por parte de los sectores religiosos que nunca han visto con buenos ojos tales festividades.
¿Origen de Halloween?
Quienes no conocen su verdadero origen, suelen asociarlo a los Estados Unidos, sin embargo, lejos de esta realidad, esta tradición tuvo su génesis hace más de dos mil años en el pueblo guerrero de los Celtas asentado en las zonas de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Francia. Para ellos, el Año Nuevo iniciaba el 1 noviembre y la noche del 31 de octubre cuando organizaban la fiesta pagana del Samhain (el señor de la muerte, cuyo significado, literalmente era “fin del Verano”).
En la segunda mitad del siglo XIX, con la inmigración de europeos a Estados Unidos, específicamente en 1846, cuando llegaron los irlandeses católicos, éstos llevaron consigo la tradición, y los americanos comenzaron a disfrazarse y a visitar casas pidiendo alimento y dinero. De ahí, nace la famosa frase “truco o trato”, donde los niños solicitan golosinas la noche de Halloween. La marcada influencia de esta celebración siguió traspasando fronteras y ganando simpatizantes. Cabe destacar que la tradición pasó de Europa a Estados Unidos, luego a Latinoamérica y al Caribe.
