Esta tarde –hora española- fue detenido en su residencia de Madrid, Rodrigo Rato. La acusación contra uno de los grandes del Partido Popular y miembro de dos poderosas familias de empresarios de Asturias, incluye fraude fiscal, ocultamiento de bienes para proteger su patrimonio y lavado de activos.
La decisión de arrestarlo se tomó después de que la Agencia Tributaria registrara su casa y se llevara cuatro cajas llenas de documentos.
De acuerdo a las informaciones suministradas por El País, las autoridades tributarias también registraron un bufete de abogados en San Roque (Cádiz), confiscando documentos y computadoras.
Esto revela que en España, donde el sistema judicial funciona, las oficinas de abogados no son buenas para ocultar información de casos de fraude.
El exvicepresidente del gobierno de España, exministro de Economía y exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional también fue presidente de Bankia, una entidad financiera que colapsó por mala gestión administrativa.
En los noventa, siendo vicepresidente económico de José María Aznar, Rato concluyó las privatizaciones de importantes empresas, como son: Iberia, Tabacalera, Telefónica, Endesa, entre otras.
Después de marchar al FMI en 2004 regresó tres años después y se coló como presidente en Caja Madrid, posteriormente convertida en Bankia.
En abril de 2012 el gobierno de Rajoy, debido a la insolvencia del banco, decidió intervenirlo y sacar a Rato.
De ahí saltó a Telefónica, donde permaneció por breve tiempo.
A partir de entonces la pendiente de la trayectoria de Rato ha sido negativa. Hoy está en la cárcel.
