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Desaparecidos RD: Jefferson Hurtado

Cientos de familias dominicanas viven angustiadas porque uno o más de sus miembros se encuentran desaparecidos. Como si se los tragó la tierra. Algunos tienen años en una búsqueda que no termina.

Otros son desaparecidos recientes, pero la preocupación de sus parientes es la misma.

Tal es el caso de Jefferson Hurtado, de 27 años, quien está desaparecido desde el pasado primero de septiembre. Fue visto por última vez en Santo Domingo Norte.

Desde esa fecha el caso está en fase de investigación.

Conforme al testimonio de Altagracia Salomón, esposa de Hurtado, este salió de su residencia en su motor acompañado de su amigo Julio Cesar, quien se dirigía a la parada de La Vega, ubicada en el 9 de la autopista Duarte. Eso ocurrió alrededor de la una tarde, según la dama.

Tras dejar a su amigo, este se trasladaría a la playa de Boca Chica a recrearse, pero, desde ese momento se desconoce su paradero.

Sus familiares solicitan a cualquier persona que tenga información sobre el paradero de Hurtado que se comunique al teléfono 809-962-4424.

Situación de desaparecidos en RD

A pesar de que los familiares procuran por estos en las calles, pegando afiches con sus nombres y sus rostros, ha sido imposible dar con el paradero de muchos de los extraviados.

En la República Dominicana, cientos de familias viven entristecidas por las desapariciones de más de 200 personas en tan solo los primeros seis meses del año 2023. Este fenómeno trasciende más allá de las estadísticas, hundiendo a comunidades enteras en un trauma social y familiar que no tiene fin.

Otros casos de desaparecidos en RD

De acuerdo con datos de la Procuraduría de la República, en menos 180 días se han extraviado 213 personas, cifra que puede ser más elevada, debido a que muchas veces los familiares no lo reportan, por lo que su desaparición forma parte de esa sub estadísticas, que solo existe en el registro de los olvidos.

La falta de respuestas en estos casos genera desconfianza en las instituciones encargadas de la justicia y el orden público. Las familias de las víctimas se sienten abandonadas por un sistema que debería protegerlos.

Más contenido por Redacción