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Nuevo estudio de la OIT habla de abusos generalizados en materia de trabajo forzoso

El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, instó a la cooperación internacional para abordar esta cuestión. Foto: Fuente externa
El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, instó a la cooperación internacional para abordar esta cuestión. Foto: Fuente externa

El trabajo forzoso genera 236 mil millones de dólares al año en ganancias ilegales, un drástico aumento de 64 mil millones de dólares desde 2014.

Las afirmaciones se desprenden de un nuevo estudio publicado por la la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El estudio dijo que el aumento se debe a una creciente población de personas obligadas a trabajar y a la correlación entre mayores niveles de explotación y mayores ganancias.

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Los traficantes y delincuentes que utilizan trabajos forzados pueden generar alrededor de 10 mil dólares por víctima.

El uso más frecuente del trabajo forzoso es la explotación sexual comercial, según el estudio.

Este representa el 27 % del número total de víctimas del trabajo forzoso, la explotación sexual forzada representa el 73 % del total de ganancias ilegales.

Mayoría de las victimas de trabajo forzoso

Casi cuatro de cada cinco víctimas eran niñas o mujeres, según la agencia laboral de Naciones Unidas, mientras que, los niños representan más de la cuarta parte del total de casos.

La OIT informó que aproximadamente el 85 % de los afectados por el trabajo forzoso estaban involucrados en «trabajos forzosos impuestos de forma privada».

Esto, según agrega, abarca prácticas como la esclavitud, la servidumbre, el trabajo en condiciones de servidumbre y ciertas formas de mendicidad en las que las ganancias benefician a alguien.

Trabajo forzoso en el sector gubernamental

El resto se encontraba en trabajos forzados impuestos por las autoridades gubernamentales, como el trabajo penitenciario, que no se incluyó en el estudio de la OIT debido a la escasez de datos.

El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, instó a la cooperación internacional para abordar esta cuestión apremiante.

«Las personas sometidas a trabajos forzados están sujetas a múltiples formas de coerción, siendo la retención deliberada y sistemática de los salarios una de las más comunes», dijo en un comunicado.

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Agrega que, el trabajo forzoso perpetúa los ciclos de pobreza y explotación y ataca el corazón de la dignidad humana.

«Ahora sabemos que la situación no ha hecho más que empeorar», afirmó Houngbo.

Con información de La Voz de América

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