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¿Cómo lograr tener mejores sueños a la hora de descansar?

¿Cómo lograr tener mejores sueños a la hora de descansar?

El consenso entre los expertos es claro: tanto la cantidad de horas de sueño como la calidad del descanso son fundamentales para una buena salud física, mental y emocional. Ahora bien, el ritmo de vida actual, las preocupaciones y una pandemia mediante son factores que modificaron para peor el sueño y el descanso de las personas.

Dormir es necesario, pero descansar es imprescindible. Durante este periodo, el organismo recupera la energía que usó durante el día, se regulan las hormonas, disminuye la frecuencia cardíaca, se refuerza el sistema inmune y se consolida la memoria.

En ese sentido, cada vez más, los especialistas comprenden la importancia del sueño y cómo las pesadillas y los malos sueños destruyen la calidad del sueño. La buena noticia es que es más posible de lo que la mayoría de la gente cree reducir las pesadillas y tener mejores sueños.

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Vale la pena comprender que los sueños están compuestos por las preocupaciones, recuerdos e imágenes mentales que cada persona tiene. Debido a que ocurren durante el sueño, esos elementos se mezclan, a menudo haciendo asociaciones surrealistas que la mente despierta no haría.

Según explicó Robin Abrahams, investigador asociado en la Escuela de Negocios de Harvard, “los sueños no son deseos o anhelos reprimidos, ni tienen significados o simbolismos ocultos. Esto no significa que los sueños no puedan ser significativos o estimular la percepción. Significa que ningún sueño en particular es inevitable”.

Los sueños y sus tres categorías

Boris Groysberg, académico y profesor de Administración de Empresas en la Harvard Business School, explicó que los sueños se pueden dividir aproximadamente en tres categorías:

1- Sueños individuales. Son la gran mayoría (del 75 al 80%) de los sueños y se refieren a experiencias y preocupaciones diarias. Los sueños casi siempre involucran algún tipo de interacción social, y la mayoría, incluso las que no son pesadillas, son emocionalmente desagradables.

2- Sueños típicos. Los “sueños típicos” son aquellos que parecen ser universales: sueños de caer, ser perseguido, experiencias sexuales, estar paralizado por el miedo, volar o elevarse, perder los dientes, no poder encontrar un baño, entre otros.

3- Pesadillas. Existe una clara distinción entre un “mal sueño” ordinario y una pesadilla. Las pesadillas son más largas, generalmente bien recordadas, caracterizadas por emociones intensas, predominantemente miedo. Según precisaron los especialistas consultados por Newsweek, “las pesadillas también presentan más referencias a la muerte y agresiones severas que malos sueños.

Tal como explicaron, “las pesadillas de respuesta al trauma generalmente terminan después de algunas semanas o meses. Sin embargo, si esto no sucede, el cerebro puede, en esencia, aprender el hábito de tener pesadillas”.

Las personas que sufren pesadillas frecuentes pueden y deben tomar medidas para abordar el problema. Para los expertos, “es probable que las personas que tienen pesadillas también tengan los recursos mentales para acabar con ellas.

Cómo reescribir las pesadillas y cambiar el “guion” de los sueños

El estándar de oro para el tratamiento de las pesadillas es la terapia de ensayo de imágenes (IRT), desarrollada por Barry Krakow y Antonio Zadra, que tiene una tasa de mejora a largo plazo del 70%. También se demostró que la IRT es una técnica eficaz de autoayuda. En ese sentido, la buena noticia es que no es necesario un terapeuta capacitado para lograrlo.

Ejercicio autodirigido

1- Anotar la pesadilla o mal sueño recurrente que se quiere modificar. Si se tiene más de uno, elegir uno de los menos intensos para empezar.

2- Elegir el momento en que se desea que el sueño cambie, después de que comiencen los malos sentimientos pero antes de que lo hagan los malos eventos. Ensayar mentalmente el sueño reescrito unas cuantas veces al día. Visualizar las imágenes y sentir las emociones tanto como sea posible: el miedo o la ira iniciales y las emociones asociadas con el nuevo guión.

3- Ahora es momento de elegir un final diferente: podrá ser triunfante, feliz o neutral. Lo importante es que parezca correcto, algo auténtico que se pueda recordar (por ejemplo, si la persona normalmente no sueña con volar, no le conviene elegir un final en el que se vaya volando).

4- Ensayar el sueño reescrito unas cuantas veces al día. Tratar de sentir las emociones tanto como sea posible, tanto las negativas como las asociadas con el nuevo final. En este punto, es clave ser específico sobre lo que se siente cuando se desarrolla el sueño: alivio, satisfacción, alegría, etc.

5- Una vez que se haya convertido una pesadilla en un sueño menos perturbador, repetir el proceso según sea necesario. A menudo, después de que se ha vencido una pesadilla inicial, las otras disminuyen o también se detienen. El cerebro aprende hábitos, despierto o dormido, y si se aprende el hábito de las pesadillas, también se puede desaprender.

La importancia de mejorar los sueños

Los especialistas coinciden en que “mejores sueños significan mejor sueño”. Además, una buena vida de sueños puede ser útil, cognitiva y emocionalmente. La gente a menudo sueña con experiencias de aprendizaje; estos sueños se correlacionan con un mejor recuerdo de la información aprendida. Las personas también informan a menudo que los sueños ayudan a resolver problemas y brindan imágenes para proyectos creativos o laborales. Se ha demostrado que llevar un registro de los sueños fomenta la creatividad.

Los sueños no necesitan “interpretación”, pero pueden analizarse para una mayor autocomprensión. Escribir en un diario o hablar sobre los sueños puede ser terapéutico, al igual que hablar o escribir sobre cualquiera de las preocupaciones que una persona tenga.

Fuente: Infobae

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