Noticias

¿Por qué él nunca toma la iniciativa?

En toda pareja siempre hay alguien más orgulloso que otro, más dispuesto, menos cariñoso y, también, uno que tiene más iniciativa que otro en cualquier aspecto, desde la planificación de los pagos domésticos hasta las vacaciones de verano o las mismas soluciones internas de la pareja.

Una situación que comienza de un modo poco alarmante pero que, llegado el momento, puede provocar una gran insatisfacción en una pareja.

Es entonces cuando nosotros nos preguntamos… ¿por qué él nunca toma la iniciativa?

El buey y el arado. Tú eres más activa, dinámica, crees tener solución para todo.

Él, por su parte, te quiere -lo sabes- pero le cuesta arrancar en situaciones que requieren de una mayor iniciativa. Pasan las semanas, después los meses y, finalmente, te das cuenta de que eres una especie de animal de carga y tu chico un arado que se deja arrastrar. ¿El motivo? Sabe que puede hacerlo y, lo peor, que quizás se haya acostumbrado a ello.

Entre estas situaciones en las que la falta de iniciativa es palpable encontramos varias: puede que seas tú quien se encargue siempre de organizar la economía familiar, socorrer a los hijos cuando tienen problemas, proponer y organizar escapadas románticas. Sí, son muchas, pero hay una más importante: la iniciativa como un modo de demostrar a tu pareja que la quieres, la perfecta definición de «demostrar con actos, no con palabras».

En el mundo existen muchas personas así: te regalan los oídos, te dicen que te quieren o te acarician en las noches, te gusta y no vas más allá, es tu particular sedante para obviar otras carencias. Sin embargo, en ciertos momentos, notas que tú propones, gastas energía en preocuparte por ciertos problemas mientras él ni se inmuta, dice que te sigue queriendo, pero no reacciona, no es un hombre de acción.

¿Cómo solucionar su falta de iniciativa? ¿Soluciones? Existen varias. La primera de ellas será confiar en la posibilidad de que, tras una situación que ya se ha producido antes, tú evites involucrarte, dejándole vía libre a él para actuar.

Procura contenerte y apostar por su participación. Si esto no sucede, hazle saber que estás cansada de tener siempre la iniciativa. Procura conversarlo de un modo agradable, en el que comiencen analizando los puntos positivos de la relación, dejando las acusaciones para más tarde y sin manifestarlas de un modo agresivo, sino sugerente.

Nunca optes por los ultimátums o las amenazas, tampoco una guerra fría cuyas consecuencias pueden ser demasiado explosivas. Pruébale, deja que sea él mismo quien comience a tener iniciativa sin ser tú la primera que da su brazo a torcer. Coméntalo, seguro que tu chico lo entenderá y, aunque le cueste, podrá satisfacerte poco a poco en este aspecto.

También convendría que te dedicaras más tiempo a ti misma, que no siempre tengas la antena puesta esperando para dar lo mejor de ti, algo que muchas veces va ligado a estas situaciones en las que una persona vive demasiado acostumbrada a tener iniciativa y solventar todos los problemas mientras otro vive en una burbuja de cristal bien protegida por una novia o esposa con recursos.

Prueba, ten algo de picardía, dialoga, no reprimas. Esta situación es frecuente en muchas parejas con ciertos desequilibrios internos que se traducen en constantes disputas, represión, rabia y rencor. Sin embargo, posiblemente haya sido culpa tuya también el querer siempre ir por delante y no cederle a él un turno para opinar o actuar. Relájate y verás como, sin tu pensarlo, tu chico te sorprende, especialmente cuando la situación le afecte directamente a él.

Más noticias