Pensándolo bién

¿Para qué sirve el periodismo?

Fidelio Depradel

Fidelio Despradel fue presidente de la Asamblea de la Cámara de Diputados por unos minutos. Le correspondía porque al  ser el diputado de más edad debía juramentar a la presidenta seleccionada de la Cámara de Diputados, Lucía Medina.

El carácter efímero y ceremonial de esta presidencia no le quita valor jurídico puesto que está establecido en la ley. Ese presidente de la Asamblea Nacional no pudo dirigirse a sus pares porque le apagaron el micrófono al tiempo que un grupo de iracundos le gritaba que bajara de ahí porque no hacía lo que esperaban.

Apagar el micrófono de los opositores se ha hecho costumbre en la Cámara de diputados, es parte de la herencia de intolerancia que dejó la presidencia de Abel Martínez. Ahora le tocó a un diputado que en ese momento presidía la asamblea.

El hecho no fue reseñado en ningún medio. Lo supe de voz de Juan Reyes, uno de los mejores reporteros de televisión en este momento. Me lo dijo de manera natural, me explicó que fue lo que pasó.

Más allá del hecho político llamo la atención sobre la función del periodista y su papel en defensa de la democracia y del respeto de los derechos.

Hace más de un siglo que Pulitzer (que fundara la primera escuela de periodismo financiándola con la fortuna que había ganado en el negocio de la prensa) dijo que la calidad de una democracia era proporcional a la calidad del periodismo y por eso los periodistas tenían que estudiar y formarse para ejercer el oficio.

Más allá de la escritura, la formación del periodista como observador de la sociedad y defensor de la democracia debe tener esa perspectiva generalista que le permita entender y “aprehender” el mundo en que vive.

La prensa libre debe abogar siempre por el progreso y las reformas. Nunca tolerar la injusticia ni la corrupción. Luchar contra los demagogos de todos los signos. No pertenecer a ningún partido. Oponerse a los privilegios de clases y al pillaje público. Ofrecer su simpatía a los pobres y mantenerse siempre devota al bien público” dijo Joseph Pulitzer.

Que no dejaran hablar al presidente de la Asamblea de la Cámara de diputados no fue noticia porque la democracia y los valores de la democracia no son relevantes para los periodistas que cubren la fuente.

Este caso pone de relieve la pobreza del ejercicio periodístico actual, la pobre formación de sus editores o por el contrario  evidencia un sistema de control de la información en perjuicio de los sectores más amplios de la sociedad.

Los medios que no se dieron cuenta del irrespeto a quien presidía la Asamblea de la Cámara (Quizás porque Abel Martínez lo convirtió en costumbre) publicaron en portada que el presidente Danilo Medina anunciaba la construcción de dos “ingenios para producir panela

Le pregunté a un grupo de periodistas si sabía lo que era un “ingenio para producir panela” y ninguno sabía. Los que escribieron la nota reprodujeron lo que decía el documento de prensa de palacio y claro está no era relevante que el presidente había dispuesto construir “trapiches para hacer Raspadura” que es la traducción al dominicano de los ingenios de panela.

Como si fuera poco el anuncio se hacía en una región en la que hubo 7 ingenios azucareros que hace 60 años tenían la tecnología más moderna de su tiempo,

¿Sabían los periodistas que el trapiche se convirtió en ingenio cuando la centrifuga de vapor convirtió la raspadura o panela en azúcar granulada? Ni lo sabían ni preguntaron.

Quizá ha llegado el momento en que dueños de medios, directores y editores hagan una parada y se pregunten ¿Para qué sirve el periodismo?

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