Nacionales

Fentanilo: el veneno que se propaga en las sombras

El consumo de fentanilo, un poderoso analgésico derivado de los opioides, ha comenzado a infiltrarse en República Dominicana, generando preocupación en diversos sectores del país. Los riesgos, consecuencias y efectos terribles de esta droga resuenan como el estruendo de una ambulancia en el sistema de salud dominicano.

Aunque el origen y el sector que abastece el consumo de fentanilo aún no son claros, algunos especialistas sugieren que la fuente podría estar sorprendentemente relacionada con clínicas y hospitales. Se plantea que las ampollas usadas en estos centros podrían estar siendo desviadas y terminar en el mercado ilegal, lo que facilitaría el acceso de los adictos a esta droga.

El consumo de drogas en República Dominicana ha experimentado un drástico aumento en las últimas décadas. Datos oficiales indican que para el año 2016 había alrededor de 300 mil usuarios de distintos tipos de sustancias prohibidas en el país, pero se sospecha que la cifra real podría ser aún mayor debido a la falta de estadísticas claras.

El fentanilo es una droga extremadamente potente, cien veces más poderosa que la morfina, lo que la convierte en un enemigo invisible y letal. Su capacidad para imitar las endorfinas naturales del cuerpo lo hace altamente adictivo, y su mezcla con otras sustancias en el mercado negro aumenta la toxicidad y los riesgos de daño permanente para los consumidores.

El fentanilo ilegal se comercializa en diversas formas, como polvo, pastillas, líquido en goteros o aplicado sobre papel, lo que dificulta que los consumidores sepan qué están usando y aumenta el riesgo de intoxicación y sobredosis.

El uso descontrolado del fentanilo ha llevado a una epidemia que ha cobrado miles de vidas en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y Australia, y República Dominicana parece estar convirtiéndose en su nuevo nicho.

Las consecuencias del consumo de fentanilo son devastadoras, generando adicción en poco tiempo y afectando el sistema nervioso central y la conectividad cerebral. Además de los problemas físicos y mentales, la adicción al fentanilo también repercute en áreas sociales, familiares y económicas.

La dosis letal de fentanilo es extremadamente pequeña, apenas dos miligramos en polvo o uno si es inyectado, lo que hace que sea fácilmente traspasada en el mercado ilegal donde las dosis no están controladas.

En República Dominicana, la preocupación por el consumo de fentanilo ha llevado a buscar posibles involucrados, y se sugiere que clínicas y hospitales podrían estar vinculados a este tráfico oscuro.

Estadísticas

En la República Dominicana, el origen y el sector que podría estar abasteciendo el consumo de fentanilo aún no son una certeza clara. Sin embargo, algunos especialistas sugieren que la fuente podría encontrarse sorprendentemente en clínicas y hospitales.

“Debemos de hacer más hincapié es en las ampollas que son usadas por día en estos centros. ¿Cuál ha sido su destino final? ¿Te asignaron en el mes? 200 ampollas de fentanyl tienen que retornar 200 ampollas de fentanyl a la dncd. Buscar un sobre con precinto con seguridad y que estas ampollas retornen la cantidad exacta. Porque estamos en República Dominicana y al final todo convierte en un negocio y las personas observan y miran y hay tentaciones, hay propuestas. Los adictos tratan de buscar la manera de lograr conseguir estas ampollas”, explicó el anestesiólogo  Domingo Santana.

En el país, el auge del consumo de drogas incalculable, en 1975 se contabilizaba que en el país había alrededor de 30 mil consumidores de estas sustancias ilícitas: para el año 2016, esa cifra había experimentado un drástico incremento, alcanzando un promedio de 300 mil usuarios de distintos tipos de sustancias prohibidas. Estos datos provienen de las últimas cifras oficiales obtenidas a través de una encuesta realizada por el Consejo Nacional de Drogas a estudiantes de enseñanza media, aunque es probable que la cifra real, en la actualidad, sea aún mayor.

En el país, la falta de estadísticas claras de consumo, también dificulta conocer el número preciso de personas que mueren a causa del consumo de drogas. Sin embargo, un estudio realizado por el Centro de Orientación e Investigación Integral ha arrojado resultados preocupantes. En el año 2022, se estima que al menos 27 personas perdieron la vida debido a una sobredosis de narcóticos, entre las cuales podría figurar el fentanilo, como uno de los agentes implicados en estas tragedias.

Aquí no hay método de detección, o sea, instrumentos donde tú te pueda dar positivo a las pruebas doping, por ejemplo, de fentanilo. Aquí no existen todavía no lo hay, como tampoco hay los Lo que funciona como la naloxona, como un antídoto para cualquier persona que esté bajo un estado de intoxicación de fentanilo, tampoco lo hay. Entonces, realmente la forma de detección de ese tema es el paciente en sí es observar el paciente y mirar la sintomatología. ¿Lo hay? Claro que lo hay. Y ha habido muertes. O sea, aquí hay muertes. Lo que pasa es que tú no lo puedes, este no lo al no poder detectarlo, tú se lo atribuyes a paro respiratorio o a paro de corazón, a cualquier otra cosa, a heroína”, sugirió el psicólogo Mirón Swiatkowski.

En un mundo sumergido en una espiral mortal, el fentanilo emerge como un oscuro protagonista. Su ascenso al estrellato ilícito ha sido meteórico, una odisea que trasciende fronteras y leyes. Como si fuera un habilidoso delincuente, entra y sale sin visado ni pasaporte, y se instala en el mercado negro, donde ha amasado una fortuna sin título ni reválida. Es el criminal más audaz, y sus números hablan por sí solos: es cien veces más poderoso que la morfina, lo que lo convierte en un enemigo invisible y letal.

Esta droga no es nueva

Ha estado circulando y adulterando otras sustancias durante años, al menos en otros países. Un oscuro pasado que la ha convertido en una experta en el arte de la seducción mortal. Como un camaleón farmacológico, imita las endorfinas naturales, conectando con los receptores opioides del sistema nervioso, induciendo analgesia y euforia. Pero su encanto es traicionero, ya que detrás de su velo de placer se esconde el abismo de la dependencia y la sobredosis mortal.

Medios, testimonios, y personalidades alertan sobre la presencia del fentanilo en nuestras calles. Algunos laboratorios de esta mortífera sustancia han sido desmantelados, y personas dedicadas a traficar con ella han sido extraditadas. Sin embargo, su sombra persiste, y la posibilidad de que se encuentre al acecho, es cada vez más real.

Durante el periodo comprendido entre 2020 y 2022, especialmente en el contexto de la pandemia, Hogar Crea Dominica atendió un total de 8,015 debido a problemas relacionados con las drogas.

De este grupo, los hombres adultos representaron la mayoría, con 7,191 casos, lo que equivale a un 89.71%. Las mujeres, por su parte, sumaron 654 casos, lo que representa un 8.15% del total. Los menores de edad, lamentablemente, no se quedaron atrás, con un total de 170 casos, que equivalen al 2.12% restante.

Las entrevistas realizadas a los 8,015 individuos revelaron una distribución preocupante de las drogas de consumo principal. La cocaína lideró el sombrío panorama con 3,806 usuarios, alcanzando el 47.48% del total. En segundo lugar, se encontraba el crack, con 3,165 casos, lo que representa el 39.49%. La marihuana, aunque en menor medida, ocupó el tercer lugar con 489 casos, equivalente al 6.10%.

El alcohol se mantuvo presente como un problema significativo con 360 casos, lo que representa el 4.49% del total. También se informó sobre otras sustancias, con 195 casos, alcanzando el 2.44%. Este grupo incluye usos de opiáceos, anfetaminas, benzodiacepinas, inhalantes, hipnóticos, éxtasis y otras drogas igualmente preocupantes.

Más contenido por Redacción CDN