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Clavos y quitaesmalte: Atacantes de Bruselas prepararon un cóctel «satánico»

Un bloque de apartamentos vacío en una calle tranquila se convirtió en el lugar perfecto para que los tres presuntos atacantes de Bruselas preparasen las bombas caseras con clavos que utilizaron el martes en los atentados del aeropuerto y el metro, en los que murieron 31 personas.

En un edificio que estaba siendo reformado, no había vecinos cerca que pudieran ver cómo los atacantes traían grandes cantidades de productos químicos para el hogar y con fuerte olor, además de una maleta de clavos, para fabricar el polvo explosivo blanco e inestable conocido como TATP, o triperóxido de triacetona, que utilizaron en los ataques.

«Aunque alguien los hubiera detenido, podrían haber dicho que iban a emplear estos productos en la reforma», dijo Hassan Abid, un funcionario del Ayuntamiento local que estaba tratando de determinar por qué las autoridades no se enteraron de los hombres que vivían ilegalmente en el quinto piso.

Tras haberse mudado dos meses antes, los hermanos belgas Khalid y Brahim El Bakraoui usaron el apartamento situado en el barrio de clase media de Schaerbeek como un laboratorio y escondite desde el cual Brahim y otros dos hombres tomaron un taxi en la mañana del martes hacia el aeropuerto para cometer sus ataques.

El hecho de elegir explosivos de bajo costo, un aparente conocimiento sobre química y la posibilidad de fabricarlos en un apartamento a 15 minutos en coche desde el aeropuerto, podría ofrecer pistas sobre los métodos de fabricación de bombas de Estado Islámico (EI) a los investigadores, que tratan de entender cómo el grupo con base en Siria pudo construir una red violenta para radicalizar a jóvenes belgas.

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