Los fuertes vientos siguen avivando las llamas de los descontrolados incendios forestales que arrasan Chile, forzando la evacuación de más de 80 familias en la localidad costera de Dichato.
Bomberos y residentes lucharon por tierra el martes contra el fuego, que se extendía con rapidez, mientras un avión supertanque ruso y un Hercules brasileño arrojaron miles de litros de agua sobre la zona, a 470 kilómetros (290 millas) al suroeste de la capital chilena, Santiago.
Otro avión cisterna, un Boeing 747-400 de Estados Unidos, asistió a los equipos de emergencias locales el martes.
Las llamas han arrasado bosques, ganado y pueblos enteros obligando a la presidenta del país, Michelle Bachelet, a declarar el estado de emergencia, movilizar al ejército y solicitar ayuda internacional.
En total, más de 20.000 personas, incluyendo bomberos y expertos de más de una docena de países, luchan contra unos fuegos que Bachelet calificó como el peor desastre forestal en la historia de Chile. Se ha relacionado a los incendios con al menos 11 muertes.
Según la agencia forestal nacional, desde el 15 de enero las llamas arrasaron casi 366.000 hectáreas (904.000 acres).