Centenares de personas manifestaron el sábado en pueblos y ciudades de Francia para oponerse a la apertura de centros de acogida para migrantes, una medida contemplada por el gobierno a causa del desmantelamiento del vasto campo de refugiados de Calais (norte).
En Pierrefeu-du-Var (sureste), de 6.000 habitantes, la creación de un albergue para 60 solicitantes de asilo divide a la población.
Una manifestación fue organizada por el ayuntamiento, otra por el partido de extrema derecha Frente Nacional, y entre ambas desfilaron unas 1.200 personas. Otra marcha en favor de la acogida congregó a 250 personas.
En región parisina, la llegada el lunes de 44 afganos a Forges-les-Bains, de 3.700 habitantes, provocó una protesta de unos 250 vecinos.
«Aquí se van a aburrir, no hay nada que hacer«, aseguró Franck, de 52 años. «Hubiera sido mejor familias que deseen integrarse» lamentó, en referencia a la composición de los refugiados, exclusivamente hombres.
Los vecinos mostraron su inquietud porque cerca del centro de acogida hay escuelas. Dos cámaras de vigilancia han sido instaladas ante el centro y esos centros educativos.
En Montpellier (sureste), les defensores de la dispersión de los migrantes fueron casi tan numerosos como los antirrefugiados, con un centenar de personas en cada bando.
Los planes del gobierno socialista francés son cerrar el campo miseria de Calais y repartir por todo el territorio a los 9.000 migrantes que hacinan en esa «Jungla», como se la conoce popularmente.
