La familia de un británico de 74 años condenado a un año de prisión y 350 latigazos en Arabia Saudita por haber fabricado vino casero pidió este martes clemencia y la intervención del gobierno británico.
Karl Andree ha pasado un año en la cárcel y podría además ser azotado en público. Su familia teme que el castigo lo mate y pidieron al gobierno británico que intervenga.
«Ha cumplido su pena, deberían liberarlo. Esta sentencia… tememos que, por su edad, no sobreviva», explicó su hijo Simon a la radio BBC. «Es un anciano frágil… ya basta«, lamentó amargamente.
El ministerio de Relaciones Exteriores británico, por su parte, dijo que trabajaba para conseguir su libertad.
El diario inglés The Sun explicó que, pese a haber cumplido su sentencia, Andree estaba todavía en la cárcel porque las autoridades saudíes quieren azotarlo por lo que consideran un delito grave según la la ley islámica o sharia.
La ley saudita permite la ejecución, incluyendo la crucifixión, por violación, asesinato, blasfemia, traición, el consumo de drogas, y hasta la homosexualidad.
«Ha cumplido su pena, deberían liberarlo. Esta sentencia… tememos que, por su edad, no sobreviva»
Este anciano que tiene siete nietos y superó un cáncer, lleva 25 años viviendo en Arabia, trabajando para la industria petrolera. Su esposa regresó al Reino Unido para recibir cuidados por un Alzheimer avanzado que padece hace varios años.
El hijo de Andree pidió al primer ministro David Cameron que intervenga pero teme que «los negocios» entre ambos países «tengan prioridad» y Londres no quiera molestar a su principal socio comercial en Oriente Medio y primer destino de sus exportaciones de armas.
Ambos países poseen acuerdos comerciales que se remontan décadas y más de 200 empresas conjuntas entre empresas británicas y sauditas valoradas en más de 13 billones de libras.
