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En materia de musulmanes, George W. Bush es aliado demócrata

WASHINGTON (AP) — Incitados por los republicanos a declararle la guerra al «terrorismo extremista islámico», los demócratas han encontrado un aliado insólito en el ex presidente George W. Bush.

El presidente Barack Obama, al que presionan para que se muestre más agresivo con el terrorismo, suele citar a su predecesor y cómo se negó a satanizar a los musulmanes o a aceptar la idea de un choque entre el islam y occidente. Es una posición notable de parte de un presidente cuyo ascenso político se basó en la oposición a la guerra de Irak y la posición belicista de Bush en el Medio Oriente.

Hillary Clinton lo dijo tajantemente: «George W. Bush tenía razón».

Semanas atrás, al presentar su plan de lucha contra el terrorismo interior, Clinton recordó a los votantes en Minneapolis la visita de Bush a un centro comunitario musulmán seis días después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Incluso citó la frase de Bush acerca de los que agreden a los estadounidenses musulmanes: «Representan lo peor de la humanidad, deberían avergonzarse de esa clase de conducta».

Desde luego que Bush no se refería a los aspirantes a la candidatura republicana en 2016. Clinton sin duda que sí.

Donald Trump reclamó que se prohíba temporariamente el ingreso de musulmanes a Estados Unidos… y tuvo una mejoría abrupta en las encuestas. Ben Carson considera que los musulmanes son inaptos para ejercer la presidencia. Marco Rubio advierte sobre una «lucha de la civilización contra el islam extremista apocalíptico»: al menos traza una distinción entre los musulmanes comunes y los extremistas. Ted Cruz fustiga implacablemente a Clinton y Obama por negarse a declarar la guerra al «terrorismo extremista islámico».

Clinton y Obama sostienen que esa retórica beneficia al grupo Estado Islámico y otros extremistas, que reclutan gente con el argumento de una batalla apocalíptica entre islam y occidente. Los demócratas advirtieron que propuestas como la de Trump atentan contra la seguridad nacional, a diferencia de la de Bush.

«Me sentí muy orgulloso después del 11/Sep cuando (Bush) dijo de manera tajante y nítida que esto no es una guerra contra el islam», dijo Obama recientemente. Y dirigiéndose a los líderes republicanos de hoy: «Deberían seguir su ejemplo. Fue lo correcto. Fue el impulso correcto».

El senador Bernie Sanders, rival de Clinton por la candidatura demócrata, visitó una mezquita este mes en un gesto de solidaridad que evoca el de Bush. Y el Comité Nacional Demócrata difundió una publicidad en la que contrasta las declaraciones de los precandidatos republicanos actuales con la de Bush: «El islam es la paz».

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