El diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición es fundamental para superar la crisis en Venezuela, manifestó la vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel De Saint Malo.
«Diálogo entre Gobierno y oposición es clave para salida que dé prioridad a situación economía, social y humanitaria de Venezuela», escribió De Saint Malo en su cuenta de la red social de Twitter.
La jefa de la diplomacia panameña hizo estas declaraciones en momentos en que una comisión de mediadores internacionales encabezada por el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero trata de acercar las duras posiciones que muestran gobierno y oposición en Venezuela.
El viernes Estados Unidos expresó su apoyo a la mediación internacional en Venezuela anunciada por Zapatero, a instancias de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Zapatero, con la ayuda de los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana) y Manuel Torrijos (Panamá), intentará sentar a la mesa de negociaciones al presidente Maduro y a la oposición.
En 2015, con motivo de la crisis entre Colombia y Venezuela, tras el cierre fronterizo decretado por Caracas, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, se ofreció a mediar entre los dos países.
En aquel entonces Panamá se abstuvo en una votación en la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que impidió convocar una cita extraordinaria de cancilleres del organismo para discutir la crisis fronteriza.
«Hay que hacer algo, pasar de la retórica a los hechos. Ante lo que está ocurriendo en Venezuela no nos podemos quedar de brazos cruzados», expresó en varias oportunidades el presidente Mauricio Macri en los últimos días.
Macri dijo que busca establecer un acuerdo en el Mercosur, la Unasur u otros foros para exigir al presidente Nicolás Maduro que acepte la idea de convocar a una mesa de diálogo entre todos los sectores enfrentados en la sociedad venezolana.
El dignatario argentino cree que ese llamado de atención debe hacerse de inmediato. «No se puede esperar más tiempo. Si dejamos correr los días puede suceder cualquier cosa en Venezuela y nos vamos a arrepentir por haber llegado tarde», explicó ante La Nación un destacado funcionario del Gobierno.
En ese sentido, el Presidente cree que ya no se trata de fijar una injerencia por capricho con Venezuela, sino «atender una causa humana», como dicen en la Casa Rosada. Esto tiene que ver con la situación de crisis política, pero también sanitaria, alimenticia y de falta de libertades que se observa en Venezuela.
Así, Macri fijó una abierta diferencia entre lo que significa intervenir para buscar el diálogo en un caso extremo, como el de Venezuela, y meterse en un proceso democrático de juicio político, como el de Dilma Rousseff. El Presidente ya dio abiertas muestras de que no intervendrá en la crisis brasileña.
Según pudo saber La Nación, Macri habló de estos temas y de la posibilidad de hacer algo con Venezuela «en lo inmediato» con los presidentes Horacio Cartes, de Paraguay; Tabaré Vázquez, de Uruguay; Michelle Bachelet, de Chile, y Juan Manuel Santos, de Colombia. Lo mismo hará Macri pasado mañana cuando visite la Argentina el nuevo canciller de Brasil, José Serra, para mantener una reunión a agenda abierta con la canciller Susana Malcorra.
Ayer, las cancillerías de la Argentina, Chile y Uruguay emitieron un comunicado conjunto en el que pidieron «un urgente llamado a un efectivo diálogo político y a un genuino entendimiento cívico entre todos los actores políticos y sociales» de Venezuela. La nota agregó que los gobiernos respetan «el principio de no injerencia en los asuntos internos», al tiempo que expresaron su «fraternal disposición a acompañar mediante un grupo de amigos la imperiosa tarea de reencuentro nacional».
Macri cree que el caso de Venezuela requiere una solución conjunta de todos los países de la región. No quiere extender ese llamado más allá de América Latina para no habilitar a Maduro a que se hable de «una injerencia del imperialismo norteamericano».
El Presidente evalúa llevar nuevamente el caso Venezuela a la próxima cumbre del Mercosur, en julio. Pero quizás esa fecha ya sea demasiado tarde. Por ello, en la Casa Rosada se analizó hacer un llamado antes de la cita con países vecinos. De hecho, Macri viajará a Chile a fines de mes para participar de la cumbre de presidentes de la Alianza del Pacífico que integran Chile, Perú, Colombia y México, donde planteará la idea de buscar una solución conjunta al caso Venezuela.
La decisión de Maduro de declarar el estado de excepción y el planteo de la oposición de que los militares «decidan si están con la Constitución o con Maduro» tensaron aún más la situación de Venezuela en los últimos días, un motivo de alerta en el gobierno de Macri.
De hecho, en una reunión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) Malcorra llevó un discurso más componedor que el que había lanzado Macri. «Me parece que la discusión de [aplicar] la Carta Democrática es apresurada. Antes es importante elaborar una oportunidad de mediación y diálogo», evaluó Malcorra, al rechazar la postura del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de hacer un llamado por la Carta Democrática.
Sin embargo, ante la crisis venezolana, dos días más tarde Malcorra volvió sobre sus pasos y admitió abiertamente en una entrevista con el diario español El País que en Venezuela «hay un riesgo de disolución».
«Hay muchas armas en Venezuela y puede haber muchos intereses creados», agregó la canciller. Estas palabras se sustentan en información concreta que maneja la Casa Rosada y que plantea que un importante sector del ejército venezolano contrario a Maduro está en situación de tensa puja contra otro sector que apoya al presidente.
EE UU apoya un acuerdo
Estados Unidos celebró ayer el anuncio que efectuó el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero sobre una voluntad de diálogo nacional entre la oposición y el gobierno de Venezuela. «Estados Unidos se une a los países de la región y de todo el mundo para llamar a un diálogo productivo», señaló en una nota el Departamento de Estado.