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Mito o Verdad: ¿Son los refrescos un peligro para tu salud renal?

Mito o Verdad: ¿Son los refrescos un peligro para la salud renal?
Mito o Verdad: ¿Son los refrescos un peligro para la salud renal?

Las bebidas gaseosas, conocidas comúnmente como refrescos o sodas, se han convertido en una opción de consumo frecuente en todo el mundo debido a su sabor agradable y su capacidad para saciar la sed. Sin embargo, detrás de su apariencia refrescante, se esconde un peligro para la salud renal.

Expertos en salud advierten que el alto contenido de azúcar y otros aditivos presentes en los refrescos puede ser altamente perjudicial para la salud de los riñones. Según el sitio web de salud Eat This, Not That, estas bebidas encabezan la lista de lo más dañino para los riñones.

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El consumo excesivo de azúcar puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades renales crónicas, como la nefropatía diabética, que es una complicación común de la diabetes. Además, los edulcorantes artificiales utilizados en los refrescos dietéticos también pueden tener efectos negativos en la salud renal.

Día Mundial del Riñón

Cada año, el segundo jueves de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, una jornada dedicada a concientizar sobre la importancia de cuidar los riñones y prevenir enfermedades renales.

según proyecciones de expertos en salud la enfermedad renal crónica afecta a aproximadamente el 10% de la población mundial, y se estima que para el año 2040 se convierta en la quinta causa de muerte a nivel mundial.

Cada año se establece un lema para trabajar sobre él. El lema del Día Mundial del Riñón en 2024 es: «Promover el acceso equitativo a la atención y la práctica óptima de medicamentos».

Síntomas de la enfermedad

Una enfermedad renal no suele presentar síntomas hasta que la afección llega a etapas más avanzadas, razón por la cual, según los especialistas, se denomina “enfermedad silente”. La Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón destaca la importancia de un diagnóstico precoz para evitar complicaciones, por lo que es recomendable prestar atención a los siguientes síntomas tempranos:

Cambios en la micción como, por ejemplo, levantarse durante la noche a orinar (nocturia) o hacerlo con más frecuencia y en mayor o menor cantidad de lo normal.
 

Cambios en el aspecto de la orina, como un color más claro o la presencia de sangre.
 

Retención de líquidos, lo que da lugar a una mayor hinchazón de las piernas, los tobillos, los pies, la cara y las manos.
 

Cansancio y fatiga ocasionada por la retención de líquidos.
 

 Anemia, en algunos casos, debido al fallo renal.
 

Picor en la piel, también denominado prurito, provocado por la retención de tóxicos que pueden depositarse en la piel.
 

Sabor metálico en la boca y un olor a amoníaco en el aliento, debido, todo ello, a una acumulación de la urea en la saliva.
 

Náuseas y vómitos, además de pérdida del apetito o de peso.
 

Por último, cuando el riñón presenta insuficiencia, produce un aumento de la tensión arterial pudiendo causar hipertensión.

Más contenido por Redacción CDN

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