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La pirotecnia y nuestras mascotas: una pesadilla en navidad

La pirotecnia y nuestras mascotas: una pesadilla en navidad
La pirotecnia y nuestras mascotas. Fuente: Externa

Hay ruido en todas partes y se asustan porque no entienden qué pasa

Todos los dueños de mascotas saben lo que sufren estos cuando se acercan las fiestas y comienzan a oírse los ruidos provocados por la pirotecnia constantemente. Los perros suelen ser las mascotas más afectadas: se esconden, tiemblan de miedo, huyen, se desorientan.

Hay ruido por todas partes y no entienden por qué, se asustan debido al sonido fuerte, porque a veces tiembla hasta el suelo bajo sus patas y no saben de dónde proviene ni la razón de tanto alboroto.

Pero el problema no es sólo que lo pasen mal, si no las consecuencias que esta actitud puede provocar. Todos los años se dan multitud de casos de desapariciones de mascotas durante la noche de fin de año. Los perros se sienten tan asustados que escapan sin saber hacia dónde se dirigen, se desorientan y sólo corren para huir del ruido hasta perderse.

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Y lo peor no es sólo que se escapen, sino que al estar desorientados pueden sufrir con mayor facilidad cualquier tipo de accidente.

Todos sus sentidos están colapsados por el ruido, que no les permite prestar atención a su entorno ni a los peligros que les rodean. Además los nervios les hacen actuar de forma impulsiva, empujándoles a perderse y a realizar actos peligrosos.

Precauciones para que nuestra mascota no sufra con el ruido en fiestas:

• Antes de que empiece el ruido de las fiestas sácale a dar un buen paseo para que haga sus necesidades, ande corra y se desahogue. Así estará más tranquilo el resto del día. Cuando le saques a la calle en días de fiestas llévalo siempre atado con correa para evitar que pueda escaparse por el sonido de un cohete inesperado

Cierra todas las ventanas, persianas y puertas para insonorizar el ruido todo lo posible.

• Prepara un sitio acogedor aislado del ruido con su cama y manta para que pueda refugiarse en el momento de ruido.

• Pon un poco de música para disimular el alboroto. Puedes intentar distraerle jugando con su juguete preferido.

• Si se pone muy nervioso y está asustado, procura no hacerle excesivo caso, para que vea que no pasa nada. Aunque parezca contradictorio, si le acaricias, lo coges en brazos y le hablas con tono suave para calmarle, estarás confirmando sus temores y su actitud. Así que aunque nos cueste resistirnos, lo mejor es demostrarle que no pasa nada, que no tiene por qué sentir miedo.

• Recuerda que para darle algún sedante debes consultar al veterinario. Él te dirá como administrárselo correctamente de acuerdo al carácter, peso, y costumbres de cada animal.

Más contenido por Jireh Sánchez

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