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Fernando Botero, su «pájaro de la paz» y su historia de muerte

Fernando Botero, su "pájaro de la paz" y su historia de muerte

A unos minutos de la plaza Botero, en la plaza San Antonio de Medellín, están un par de aves esculpidas por Fernando Botero, fallecido este viernes. Una con el metal retorcido, parcialmente destruida y otra igual, sin daño alguno.

La primera, llamada El pájaro, se instaló para engalanar el evento social Cartagena Contigo, organizado por los alcaldes de ambas ciudades colombianas para fortalecer las relaciones. Una noche ambientada con el sonido del folclor colombiano. Asimismo, muestras de la cultura costeña y paisa con un mercado artesanal de más de cincuenta puestos.

En el centro, estaba aquel pájaro como representación de la paz. Eran los tiempos del auge de la violencia en Colombia. La muerte de Pablo Escobar dos años antes hizo que los carteles del narcotráfico y los grupos armados ilegales del país quisieran tomar Medellín como un trofeo de guerra.

Fernando Botero, su "pájaro de la paz" y su historia de muerte
El Pájaro de Botero en 1995, durante la feria Cartagena Contigo

Así, irónicamente, ese pájaro de la paz se convirtió esa noche en un «caballo de Troya». Cerca de las 7:30 p. m., cuando algunos recogían su mercancía, detonó un paquete con 10 kilos de dinamita ubicado debajo del buche del pájaro, de la escultura.

La potencia de la explosión hizo que las casi cuatro toneladas de bronce de el Pájaro se retorcieran como lata cualquiera. La onda expansiva dejó por lo menos dos centenares de heridos y casi una treintena de muertos. El episodio se recuerda como el atentado en el Parque de San Antonio, uno de los capítulos más dolorosos de la historia colombiana de los años 90.

El «monumento a la imbecilidad» de Botero

Fernando Botero se enteró de la noticia en Francia, mientras cenaba en un restaurante de carretera. Y aunque en su primera reacción prometió que enviaría una nueva escultura para reponer la que explotó, un comunicado de prensa le hizo cambiar de opinión.

Reseña el portal de la iniciativa Centro de Medellín qu un mensaje firmado por la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar –que reunía a las Farc, el ELN, el EPL, el M-19 y el Quintín Lame– lamentaban las consecuencias de la acción terrorista. Asimismo, responsabilizaban a una de las «Milicias Bolivarianas de las FARC-EP».

Fernando Botero, su "pájaro de la paz" y su historia de muerte
Así quedó la escena y la obra tras la explosión en el parque San Antonio de Medellín

El texto sostenía que el atentado se dirigía «únicamente contra el monumento del Pájaro, como representación de la exageración opresora y burguesa». Porque, según ellos, los más de 800 mil dólares que costó la obra «se pagaron con el producto de la explotación del obrero antioqueño».

En respuesta, Botero respondió con otro comunicado en el que afirmaba sentir una «ira profunda» por el hecho de que se hablara de él como si fuera un «opresor de los obreros en Colombia». Aclaró que de todas las obras suyas que había en el país solo una le había sido comprada: el Pájaro. Las demás eran donaciones.

«Ahora quiero que esa escultura quede ahí como recuerdo de la imbecilidad y de la criminalidad de Colombia», escribió. «Ese crimen no fue contra la escultura. Si era contra la escultura lo hubieran podido hacer a las tres de la mañana. Eso no tiene perdón».

Los dos testimonios

Días después del atentado, unas dos mil personas se congregaron en el Parque San Antonio para rendir homenaje a las víctimas. En dicho acto, los asistentes firmaron una carta dirigida a Botero en la que se le pedía reponer la obra destruida.

Esa solicitud se materializó en el año 2000. Botero le entregó a Medellín una nueva escultura, idéntica a la anterior. En la ceremonia, el artista anunció que la segunda escultura se llamaría la Paloma de la paz, en contraste con el Pájaro herido, como se llamó desde entonces la escultura destrozada. Una y otra quedaron distanciadas solo por algunos metros, sobre pedestales iguales. De este modo, dijo el artista, ambas representarían «un monumento a la violencia y la paz».

Fernando Botero, su "pájaro de la paz" y su historia de muerte
Hoy El Pájaro es una de las esculturas mas icónicas de Medellin

Hasta hoy no hay un solo condenado por el atentado del Parque San Antonio, a pesar de que desde la noche misma de la tragedia hubo capturas. Lo que sí están son estos dos pájaros cubistas, uno entero y otro ahuecado, este último uno de los objetos más visitados, fotografiados, acariciados, rayados y observados del Centro de Medellín. Un objeto, además, en el que se reza, se llora y se recuerda en él la huella imborrable de una herida que aún estalla.

Más contenido por Andrés Tovar

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