Deportes

Sandro Rosell renunció a la presidencia del Barcelona

BARCELONA — El presidente de FC Barcelona, Sandro Rosell, presentó su dimisión irrevocable en una reunión de urgencia con sus directivos en el Camp Nou.

«Desde hace tiempo mi familia y yo hemos sufrido amenazas y ataques que me han hecho pensar si debía seguir poniendo en peligro a mi familia. No quiero ataques que afecten al club y es por eso que he presentado mi dimisión a la presidencia del Barcelona de manera irrevocable», expuso el dirigente en conferencia de prensa.

«En los últimos días, una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida ha desembocado en una querella contra mí en la Audiencia Nacional. Desde el primer momento, he dicho que el fichaje de Neymar Junior es correcto y que la contratación ha provocado la desesperación y la envidia de algunos de nuestros adversarios», ha asegurado.

Rosell comunicó su decisión a sus directivos este jueves y, después, la anunció a los medios de comunicación en una repleta sala de prensa del Camp Nou, donde ha leído un comunicado razonando su adiós, durante cinco minutos, tras el cual no ha admitido preguntas.

El exmandatario ha defendido que «el derecho de los socios a ser informados debe ser compatible con la defensa del club y la confidencialidad de algunas materias y hechos», en referencia a las cifras del fichaje del brasileño Neymar.

«Esta confidencialidad es esencial en el mundo del fútbol porque, en caso contrario, puede conllevar unos perjuicios para el propio club», ha agregado.

El presidente se ha mostrado orgulloso de sus más de tres años de mandato y ha deseado suerte a su sucesor, Josep Maria Bartomeu: «Deseo lo mejor al nuevo presidente y pido a los socios que le den todo el apoyo».

Asimismo, ha repasado los «éxitos» de su mandato que, según ha dicho, «son el resultado de vencer en los terrenos de juego y superar innumerables obstáculos extradeportivos, políticos, externos y, lo que es peor, algunas veces de nuestro propio entorno», ha dicho.

En este sentido, ha defendido su liderazgo y gestión: «Al liderazgo deportivo mundial que arrancó con Ronaldinho en aquella final en París, y que continuó con los goles de Messi en Roma y Londres, se ha sumado una gestión económica eficaz, que nos ha permitido seguir siendo competitivos, reducir la deuda, recuperar y ampliar nuestro patrimonio».

Por último, ha defendido el proyecto de construcción de un nuevo estadio aprovechando la estructura del Camp Nou, una decisión que se someterá a referéndum el 5 ó 6 de abril.

«A esta situación hay que sumar la inmensa ilusión que representa la construcción de un nuevo campo sobre la base de nuestro mágico y legendario Camp Nou y que los socios deberán ratificar en el mes de abril en un referéndum», ha concluido.

Se ha consumado así un hecho que ha causado un gran impacto en el barcelonismo, cuando se ha conocido que Rosell meditaba su adiós por considerar incompatible su cargo con una posible imputación en el caso Neymar.

Rosell abandona la presencia cuando aún le quedaban dos años y medio de mandato, por sentirse agotado y enfadado por los constantes ataques que, en su opinión, recibe el club en el ámbito judicial, aunque la razón fundamental es la incompatibilidad que existe entre la presidencia y una eventual imputación judicial, que podría desprenderse de la querella que ha admitido a trámite la Audiencia Nacional contra él.

Josep María Bartomeu, hasta ahora vicepresidente deportivo, quedará interinamente al frente del club catalán.

La dimisión abre una crisis institucional en uno de los clubes más importantes del mundo. Y se produjo un día después de que un juez español admitiera a trámite la querella de un socio barcelonista contra Rosell por apropiación indebida en la contratación del delantero brasileño.

Rosell fue elegido presidente por los socios en junio de 2010 tras dos mandatos consecutivos de Joan Laporta. Tenía previsto presentarse a la reelección en 2016.

El último presidente del Barsa en dimitir fue Joan Gaspart en 2003.

La justicia española confirmó que ve indicios de delito en el fichaje de Neymar y requirió al propio jugador, la FIFA, el Santos de Brasil y el Barcelona todos los informes de su contratación.

Rosell cifró en 57,1 millones de euros (74 millones de dólares) el coste de la operación. Pero según la denuncia de un socio del Barcelona, el precio real rozó los 95 millones de euros (128,8 millones dólares) por jugosas comisiones repartidas entre las partes.

En ese sentido, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz consideró que Rosell pudo cometer un delito de apropiación indebida por «distracción». Es decir, que los contratos firmados entre Neymar y el Barcelona «no responden a lo indicado en los mismos».

Más contenido por Neftali Ruiz

Más noticias