Afianzando así su etiqueta de potencia en este deporte, Japón logró este martes ante Estados Unidos su tercera corona del Clásico Mundial de Béisbol, el país asiático ha logrado en cinco ediciones de este torneo tres títulos y dos terceros lugares.
Los dirigidos por Hideki Kuriyama contaron con un equipo muy completo que mezcló juventud y experiencia, pero más alla del buen roster hubo varios factores que fueron determinantes para la obtención de la corona, estas son algunas de las claves del título japonés.
Sin restricciones
A diferencia de equipos como República Dominicana, Venezuela o el mismo Estados Unidos; los cuales cuentan con la mayoría de sus jugadores en MLB, el equipo japonés tuvo un roster compuesto por un 90% de jugadores que participan en la Nippon Professional Baseball (NPB).
Esto les dio una pequeña ventaja con respecto a equipos que tuvieron que cumplir con restricciones de la MLB o incluso suplir a jugadores que no obtuvieron el permiso de sus organizaciones en Grandes Ligas para representar a su país en el Clásico Mundial.
La estrella del equipo japonés Shohei Ohtani en su rol de pitcher fue el que más entradas lanzó del Clásico con 9.2IP en 3 de los 7 partidos del torneo y no tuvo limitaciones como la de otros lanzadores a los que sus equipos en MLB solo le permitieron abrir un juego con límite de 65 lanzamientos.
Grupos y camino a la final
La fase de grupos de Japón fue perfecta ganando sus cuatro enfrentamientos, posteriormente en octavos de final se enfrentó a Italia; hasta aquí todos sus encuentros los disputó como local en el Tokyo Dome con todo el apoyo de su público en un recinto totalmente lleno y es además Japón estuvo del lado de la llave más accesible del torneo, incluso con equipos debutantes como República Checa, mientras que del otro lado de los grupos se ubicaron el resto de las potencias como EE.UU., Puerto Rico, Venezuela, República Dominicana y México.
Apenas en la instancia de semifinal fue cuando Japón tuvo que mudarse a Miami y enfrentar a una selección top10 del ranking mundial como México, encuentro que tuvieron que venir de atrás y ganar en el último inning para avanzar, comparado a los partidos previos donde a los “Samuráis” se les vio ganando con comodidad.
Pitcheo
El pitcheo de Japón fue excepcional en este Clásico Mundial y el manager Kuriyama supo gestionar muy bien los brazos nipones, incluso se dio el lujo de colocar a Yu Darvish en el octavo y a Ohtani en el noveno en la gran final ante EE.UU.
El pitcheo colectivo de Japón rompió el récord de ponches en un Clásico con 80, además de terminar con una efectividad de apenas 2.29 gracias a labores como las de Roki Sasaki y Yoshinobu Yamamoto, quien es el ganador del Premio Sawamura (la versión del Cy Young en Japón). “Para mí, los pitchers fueron el punto crítico”, comentó el manager Kuriyama posterior a conseguir el título mundial.
Japón ya puede exhibir su tercera corona en sus vitrinas y sin duda ya se preparan para el próximo Clásico Mundial en 2026, donde buscarán repetir lo hecho en 2006 y 2009 ganando dos trofeos de manera consecutiva.
