Cuando la policía emitió la información de que los padres de tres adolescentes de 12, 14 y 16 años, respectivamente, fueron apresados porque supuestamente el padre de las menores abusaba sexualmente de sus hijas y la madre les decía que no podían decir nada quede horrorizado, mudo, pensativo y triste, aun no entiendo como quienes están llamados a cuidar estas menores le dañan la vida.
El padre de las menores las amenazaba para que no dijeran lo que esté enfermo, sádico, morboso y abusador les hacía.
La madre por su lado las manipulabas diciéndoles que no podían decir nada porque su progenitor era quien mantenía la casa.
El abuso sexual que cometen los padres biológicos contra sus hijos configura uno de los delitos que altera las leyes fundamentales de la cultura y la sociedad. Su silencio esconde patologías propias de las familias incestuosas que lo ocultan: una madre que no escucha, unos hijos que dudan de su propia inocencia y un padre que, antes de verse victimario, se siente víctima. La historia de vida de un agresor, así lo refleja.
¿Son criminales, psicópatas, o por el contrario, la mayoría de padres que abusan de sus hijas son intelectual y mentalmente normales? Si bien no existe una estimación concluyente, y hay más interrogantes que respuestas sobre el tema, un acercamiento al fenómeno le permitió a dos psicólogas de la Universidad Nacional Colombia, establecer factores de riesgo, que en algunos casos podrían asociarse a esta conducta, como son: un ciclo de violencia y/o abuso sexual intrafamiliar de generación en generación, que engendra víctimas y forma agresores.
Nada justifica el maltrato a un menor, sin embargo, conocer la dinámica de quien se atreve a transgredir y las variables de orden social y psicológico que influirían en su comportamiento «delictivo«, resulta indispensable para aproximarse a la raíz del problema.
Actualmente en nuestro sistema occidental, el incesto padre-hija se lee como un «delito imperdonable» que altera la dinámica familiar.
Podrán conciliar el sueño, tranquilidad estos violadores, sátrapas, desinhibidos, inmorales y díscolo.
Ojala que puedan arrepentirse del mal que le hicieron a sus propias hijas, que busquen el perdón en Dios, porque han de vivir en el propio infierno.
Es un caso que es ampliamente rechazado por la sociedad, me pregunto hasta donde llega una persona para cometer tales horrores, algo inexplicable pero cierto, la justicia se encargara de juzgarlo, la sociedad de repudiarlos, sus hijas de odiarlos y ellos mismos desearan no haber nacido, debido que se han convertido en unos antisociales perversos.
El hecho que según la institución del orden se registró en el ensanche Capotillo, del Distrito Nacional, República Dominicana.
Los detenidos se encuentran bajo control del Ministerio Público para los fines legales correspondientes.
