Con la entronización del nuevo arzobispo metropolitano de Santo Domingo, Francisco Ozoria Acosta, sin lugar a dudas la Iglesia Católica en la República Dominicana experimenta algunos cambios de posiciones y trabajos pastorales.
Ozoria Acosta, al oficiar su primera misa el pasado sábado en el Palacio de los Deportes, anunció que trabajará por la unidad en la iglesia universal y manifestó que asumía el sueño del representante de Dios en la tierra de lograr una conversión pastoral que permita necesarias reformas estructurales, acordes con las necesidades de los tiempos actuales. Esto implica que irá en consonancia con las directrices del papa Francisco.
Este mensaje indica que trabajará en beneficio de los más pobres, en un nuevo plan pastoral.
Ozoria Acosta se encamina a cumplir lo que el papa Francisco ha pedido: una “iglesia más expansiva y abierta”.
Un representante de Dios debe trabajar por los más necesitados, los débiles, y estar al lado de las causas justas como lo estuvo Jesús.
En la santa escritura el evangelio de San Mateo 5:3-4 relata lo siguiente:
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”.
Acogiéndonos a estos versículos, queda claro que la humildad, caridad, compasión y evangelización son la guía de lo que se debe hacer.
El nuevo arzobispo metropolitano de Santo Domingo, tiene un gran reto de transformación y relanzamiento del catolicismo en el país.
¡Que Dios lo guie y experimente el morir de Jesús!…
