Alaska- Un pequeño en Alaska se llevó tremenda sorpresa cuando una visita no esperada llegó a su primer cumpleaños.
Un oso negro caminaba por el techo de la residencia de Alicia Bishop y Glenn Merril cuando la parte inferior del los tragaluces en el tejado se rompieron, haciendo que el oso cayera dentro de la casa.
“Escuché como algo se agrietaba y de momento hay un oso, que literalmente cayó del cielo”, denunció Merrill, quien se preparaba para el cumpleaños de su hijo.
El hombre dijo que el oso y él quedaron a solo tres pies de distancia y se miraban fijamente sin poder creerlo.
Los padres de Merrill llevaron al pequeño Jackson al segundo piso de la residencia y Merrill se encerró en otro cuarto.
Bishop, quien se encontraba mirando todo desde la cocina vio al oso comer unos pastelillos que eran para los invitados de la fiesta.
“El oso caminó y trepó las patas en la mesa y comenzó a lamer los pastelillos. Pensé que tenía que ser una broma”, aseguró Bishop a un diario local.
La mujer abrió la puerta y la pareja logró disparar para asustar al oso.
“Miraba por la ventana como si dijera ‘quiero más pastelillos” dijo Bishop.
La pareja destacó que el oso retornó al bosque y que el mismo “no parecía agresivo como si estuviese acostumbrado a estar con personas”.
Media hora más tarde, la policía de Juneau, Alaska recibió un reporte de un oso negro dentro de una residencia cercana. Los oficiales llegaron al lugar en donde dispararon al animal.
El oso corrió hacia la parte posterior de la casa en donde lo encontraron muerto.
