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Manifestaciones en todo el mundo con motivo del Día de los Trabajadores

El 1 de mayo se celebró en todo el mundo, con manifestaciones de apoyo a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil y en otros países de América Latina, así como protestas contra los recortes sociales en Madrid, a menos de dos meses de las elecciones legislativas en España, y una polémica reforma laboral en Francia.

En Sao Paulo, Rousseff prometió en un acto que luchará «hasta el fin» para defender su mandato, que podría interrumpirse prematuramente en los próximos días si el Congreso decide iniciarle un juicio político.

Las celebraciones brasileñas estuvieron en efecto dominadas por un discurso contrario al impeachment de Rousseff, calificado por ella misma como un «golpe de Estado» propiciado por «la derecha» para retornar al poder.

Unos participantes en la marcha por el Día del Trabajo exhiben retratos del líder cubano Fidel Castro el 1 de mayo de 2016 en la Plaza de la Revolución de La Habana
AFP – Jorge Beltrán

El mismo tono estuvo presente en la manifestación realizada en La Habana, donde además de apoyar las medidas de flexibilización económica tomadas por el presidente Raúl Castro, quien presidió la movilización, los cientos de miles de participantes vivaron a los amenazados gobiernos de Brasil y Venezuela.

También en Uruguay se evocó la situación en la principal economía latinoamericana. «Para nosotros en Brasil se está gestando un golpe de Estado, así de clarito», dijo uno de los oradores en la celebración del Día de los Trabajadores organizada por la central sindical única PIT-CNT.

– Contra los recortes –

Una barricada encendida el 1 de mayo de 2016 en el barrio de Okmeydani de Estambul, en el marco de las protestas con motivo del Día del Trabajo (AFP – Yasin Akgul)

En Madrid, varios miles de personas, incluidos los líderes del Partido socialista, Pedro Sánchez, y del partido ecolo-comunista Izquierda Unida, Alberto Garzón, desfilaron en una marcha organizada por los sindicatos CCOO y UGT, tras una pancarta que rezaba: «Contra la pobreza salarial y social, trabajo y derechos».

A ocho semanas de las elecciones legislativas, lemas como «Contra los recortes, por las pensiones» iban dirigidos contra el gobierno saliente conservador, mientras que otros como «Nadie es ilegal» o «No al TTIP» apuntaban contra la Unión Europea (UE), su política de inmigración y el proyecto de tratado de libre comercio con Estados Unidos.

En Estambul, Turquía, la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes en varios lugares de la ciudad, principalmente en los alrededores de la célebre plaza Taksim, que suele albergar protestas.

Al margen de los alborotos, un hombre murió al ser atropellado, accidentalmente al parecer, por un vehículo de la policía antidisturbios.

Militantes del Partido Demócrata de los Pueblos (HDP, prokurdo) también fueron dispersados por la policía, que movilizó a casi 25.000 agentes y cerró calles con motivo de la fiesta del Trabajo, que suele comportar disturbios entre los militantes opuestos al poder y las fuerzas de seguridad.

La policía antidisturbios carga contra unos manifestantes durante la marcha del Día del Trabajao el 1 de mayo de 2016 en París
AFP – Miguel Medina

En Rusia, cerca de 100.000 personas según la policía participaron en Moscú en una gran manifestación organizada en la plaza Roja, enarbolando banderas y globos frente a las paredes del Kremlin, algo que recordaba a los grandes desfiles de la desaparecida Unión Soviética.

En Polonia, unos centenares de manifestantes se reunieron en Varsovia, convocados por el sindicato OPZZ y el partido SLD y marcharon en calma por las calles de la capital, donde tuvieron lugar otras marchas menores auspiciadas por varias organizaciones de izquierda.

– «Todo el mundo odia a la policía» –

En Italia, una manifestación unitaria de los tres principales sindicatos (CGIL, CISL y UIL) se desarrolló sin incidentes en la mañana del domingo, bajo la lluvia, en las calles de Génova (noroeste), en presencia de unas 5.000 personas.

En tanto, decenas de miles de personas protestaron en Corea del Sur contra una reforma anunciada de las condiciones de trabajo, un proyecto de la presidenta Park Geun-Hye y de su partido (conservador) que prevé facilitar las condiciones de despido.

En Francia, la fiesta del trabajo se desarrolló en un ambiente particularmente tenso, después de dos meses de protestas contra un proyecto de ley del trabajo y de numerosas manifestaciones plagadas de violencia.

Varias decenas de miles –84.000 según cifras de la policía– marcharon en todo el país, bajo una alta vigilancia policial que no impidió que se registraran incidentes.

En París, donde desfilaron entre 16.000 personas, según la policía, y 70.000 según los sindicatos, jóvenes con pasamontañas y cascos lanzaron cartones y botellas contra las fuerzas del orden, gritando: «todo el mundo odia a los policías».

Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos. Aún así, estos disturbios fueron aislados, puesto que la mayoría desfiló en calma.

El gobierno había avisado contra los eventuales «alborotadores» y puso en marcha una serie de medidas para evitar altercados.

La policía informó luego de diez detenidos en la capital y dos heridos leves.

En Austria, el canciller socialdemócrata Werner Faymann fue recibido con abucheos y reclamando su dimisión al dirigirse a unas 80.000 personas en Viena, mientras intentaba defender la política migratoria y de empleo de la gran coalición que dirige junto a los demócrata-cristianos.

En Ecuador las conmemoraciones estuvieron acompañadas de actos de solidaridad en los que se recolectaron víveres para los damnificados del terremoto que devastó la costa del país hace dos semanas.

Miles de trabajadores salvadoreños salieron a la calle en la capital para demandar al sector privado un incremento salarial, mientras en Honduras las manifestaciones, en las que participaron alrededor de 20.000 personas, se centraron en el pedido de castigo para los asesinos de la dirigente indígena y ambientalista Berta Cáceres, muerta a balazos en marzo.

El Día del Trabajo, que se celebra en numerosos países pero no en Estados Unidos, nació en Chicago en 1886 por iniciativa de un movimiento sindical que reclamaba una jornada laboral de ocho horas.

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