Beirut.- Insurgentes del Estado Islámico desplazaron el domingo a las fuerzas del Gobierno de Siria de una ciudad en el oeste del país tras una violenta operación, mientras los choques amenazaban con intensificarse pese a los esfuerzos diplomáticos internacionales.
El avance del Estado Islámico se da pese a que las fuerzas oficiales respaldadas por aviones rusos redoblaron los ataques en su contra en el oeste y noroeste de Siria, y a que por separado Estados Unidos busca incrementar la presión sobre el grupo insurgente.
Los enfrentamientos pusieron paños fríos a cualquier expectativa de una solución política a la guerra civil que comenzó hace cuatro años y que tiene a todas las grandes potencias militares del mundo, salvo China, involucradas.
Washington dijo días atrás que enviará tropas al terreno en Siria para entrenar y asistir a los grupos rebeldes que luchan contra el Estado Islámico. En tanto, las negociaciones internacionales en Viena pidieron un cese al fuego, pero los participantes reconocieron que las partes mantienen posiciones irreconciliables en muchos aspectos.
En un feroz asalto que comenzó con la detonación de dos autos, militantes del Estado Islámico tomaron la ciudad de Maheen, en el suroeste de la provincia de Homs. Unos 50 efectivos de las fuerzas gubernamentales murieron y los choques luego se extendieron al poblado mayormente cristiano de Sadad, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El Estado Islámico confirmó el avance, que lo dejó a menos de 20 kilómetros de la autopista que une Damasco con las ciudades de Homs, Hama y Alepo.
