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Sermón Siete Palabras: «los partidos políticos están más preocupados por hacer el trabajo de la justicia, que por sentarse en una mesa de diálogo serio y responsable»

Sermón de las Siete Palabras

Santo Domingo, R.D.-En la continuación del Sermón de las Siete Palabras leída por la Iglesia católica, donde se critica el clientelismo y la corrupción que, a su juicio, impera en el Estado dominicano y el comportamiento de los políticos.

El Padre Isaías Mata Castillo, vicario adjunto de Santo Domingo Oeste, y párroco Parroquia Nuestra Señora de la Altagracia, Zona Herrera-Manoguayabo, leyó la sexta palabra “Todo está consumado”,  poniendo énfasis en el engaño a través de promesas de los políticos y los actos de corrupción tales como los casos pulpo, medusa, coral, calamar entre otros.

“Nuestro mundo es un mundo de promesas incumplidas. Cada día leemos en los periódicos que los políticos prometen una cosa y luego no la cumplen. Y en nuestro caso particular, reina el clientelismo y un mar de corrupción, como tales son los casos: pulpo, medusa, coral, calamar… Y no solo en la política, sino que también en nuestra vida personal y en la vida cristiana debemos reconocer que no siempre cumplimos con la voluntad de Dios”, puntualizó el religioso.  

Asimismo, dijo que no tan solo los políticos son los receptores de estas críticas, pues los feligreses católicos deben reconocer que no siempre hacen la voluntad de Dios.

Séptima palabra:Políticos están preocupados por hacer los trabajos de la justicia

Mientras que en la séptima palabra “Padre, en tus manos pongo mi espíritu” pronunciada por el sacerdote Robert Valentín Alcántara Belén, Arcipreste Zona Pastoral Villa Mella – Guanuma, le enmendó la plana a los miembros de los partidos políticos que:

“están más preocupados por hacer el trabajo de la justicia, que por sentarse en una mesa de diálogo serio y responsable, a buscar soluciones a la situación de nuestros valiosos jóvenes que día en día salen en grupo como inmigrantes ilegales, detrás de un supuesto sueño; donde pasan todo tipo de necesidad y calamidad, llevando tanta mortificación a sus familias; todo por falta de más oportunidades en su tierra natal ¡no creo que estemos bien!”.

En estas palabras se advierte que la indiferencia por la migración dominicana a otros países “entran al menos unos cinco extranjeros… ¡al ritmo que vamos, llegará el día en que los dominicanos seremos menos en nuestro propio suelo!”, culminó.

Más contenido por David Ruíz Pérez

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