Santo Domingo, RD.- Barrios que circundan la estación Eduardo Brito, ubicada en la cabeza del puente Francisco del Rosario Sánchez, están siendo azotados por una ola de delincuencia, cuya principal presa son los pasajeros que utilizan esta parada.Sectores como Los Guandules, Gualey, 24 de Abril y Ensanche Espaillat sufren en carne propia los constantes atracos, que según los que han sido víctimas, son materializados por adolescentes de las barriadas.
De acuerdo con los residentes de Los Guandules y Gualey, las noches se tornan peligrosas debido a la falta de energía eléctrica, que deja a oscuras a los barrios que rodean la última parada de la Línea II del Metro.
Desde su cafetería, Gleni Geraldo explicó que su negocio fue víctima de robo. La mala experiencia la condujo a sacar todas las mercancías al momento de cerrar el negocio, como una forma de prevención. “Esto se pone oscuro por aquí. Desde que se va la luz desde las siete hasta las diez de la noche”, precisó.
Fernández Castillo, residente en Los Guandules, narró que en varias ocasiones ha socorrido a damas mientras estas se dirigían a sus viviendas, tras salir de sus puestos de trabajos o centros de estudios.
Criticó el pobre servicio de patrullaje policial, que a su juicio estimula a que se produzcan atracos continuos contra residentes y negocios. “Cuando los atracadores hacen sus fechorías, los policías nunca aparecen”, aseguró.
Dijo, además, que la mayoría de las lámparas instaladas en las calles de dicho sector están dañadas.
Mientras el presidente de la Fundación Jóvenes Comunitarios por la Paz de Gualey, Lidio Brito, sostuvo que la falta de vigilancia policial y el abandono del programa Barrio Seguro permiten que la delincuencia y el vandalismo se apoderen de las barriadas.
Aun en el día, los pequeños parques de Gualey y Los Guandules son respetados por los moradores, quienes consideran que son el área predilecta para que los desaprensivos ataquen a su próxima víctima.
“Esta delincuencia no es sólo de día también de noche”, dijo el señor Adolfo Castillo, quien lamentó que sean jovencitos del barrio quienes se dediquen a ponerlos en zozobra.
Por Diana Rodríguez
