El segundo tribunal colegiado del Distrito Nacional dio lectura a la sentencia que libera a cuatro de los cinco implicados en el caso de la ingeniera Francina Hungría y más que una sentencia pareció un reproche al Ministerio Público por la mala instrumentación de las pruebas.
Al inicio de la lectura, la juez presidenta pidió la atención a la lectura de más de 86 páginas.
Una de las razones es la carencia de datos coherentes, la mala investigación en el levantamiento, y dejó ver muy claro que lo que condenan son las pruebas.
Y pese a la afirmación del Ministerio Público de recurrir la decisión, para abogados presentes en la lectura la Fiscalía jugó un triste papel.
La decisión final libera de responsabilidad a Melvin Pérez, José Miguel Mora, Celso Montero y José Manuel Arias Mejía, y encuentra culpable a José Manuel Vidal Feliz a el pago de un millón y medio de pesos y el cumplimiento a 30 años de prisión en la cárcel de la Victoria por la violación de los artículos 265, 266, 379, 382, 386 y su articulado 2, 295 y 304 del código penal dominicano, y además el artículo 2 y 39 sobre porte y tenencia de armas.
Al final las juezas del tribunal del segundo colegiado presididas por Sarah Veras, Íngrid Soraya y Gissel soto, dejan por escrito que los jueces no condenan, lo hacen solo las pruebas y que el expediente deja dudas en sus memorias por la mala instrumentación del expediente en este caso.