La República Dominicana está en la actualidad en el proceso de aprobación del Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos.
En ese presupuesto se vuelve a cumplir con la Ley General de Educación que establece que el 4% del PIB hay que destinarlo a educación preuniversitaria. Esto es un avance significativo, pues esos recursos se han traducido en una importante mejora de la calidad de la infraestructura escolar. Asimismo, se están dando pasos de avance en la puesta en marcha de la tanda extendida, favoreciendo considerablemente a la niñez dominicana.
Lamentablemente en días recientes se ha puesto de manifiesto el deterioro del sistema de salud pública. Once infantes perdieron la vida por una u otra razón en uno de los principales centros de salud del Estado. Es injusto que los niños pobres dominicanos que entran a un hospital público tengan una probabilidad de morir mucho mayor que otros, simplemente porque no tienen dinero para pagar por un servicio privado.
Ante esa triste realidad me atrevo a recomendar lo siguiente. Que se tome una parte del presupuesto de educación, principalmente la que tenga menor eficiencia y se utilice para modernizar los principales hospitales en todo el país.
Recomiendo que se tomen 20 mil millones de pesos, que es el monto en que se incrementaría el presupuesto de educación, por el aumento del PIB nominal y que se transfieran a una unidad encargada de la modernización de los hospitales.
Estoy convencido que esa reasignación de presupuesto tendrá un alto retorno social.
