El Banco Popular de China sorprendió hoy al mundo, al igual que lo hizo el Banco de Japón hace unos días. De manera inesperada, las autoridades chinas redujeron sus tasas de interés de política monetaria aplicadas sobre los préstamos y los depósitos en 40 y 25 puntos básicos, respectivamente. Ese movimiento colocó la tasa de interés de préstamos en 5.6% y la de depósitos en 2.75%.
El objetivo de esa decisión monetaria es estimular el crecimiento del PIB real. Cabe recordar que se tiene previsto que China crecerá este año algo menos de 7.5%, nivel mucho menor al promedio de más de 10% registrado en períodos anteriores.
El recorte de las tasas de interés de política monetaria depreciarán el yuan con relación al dólar, abaratando las exportaciones chinas. Con esto recuperará parte de la competitividad que perdió en años recientes frente a Mexico.
Por otra parte, la disminución de las tasas de interés elevará el consumo y la inversión doméstica. El aumento de la demanda agregada interna acelerará el ritmo de crecimiento económico chino, restándole depedencia frente al sector externo.
La reacción de los mercados de capitales a la sorpresa monetaria china fue positiva. El Dow Jones subió en 0.51%, llegando a los 17,810 puntos. El S&P 500 se incrementó en un 0.52% y el Nasdaq en 0.24%.
Ante la expectativa de la aceleración del crecimiento de China, los precios de los bienes básicos también reaccionaron positivamente. El precio del barril del petroleo Brent subió a los 80 dólares y la onza troy de oro superó los 1,200 dólares.
