SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En los últimos años en el país se registran masivas deportaciones de dominicanos, luego de cumplir sus penas por el acometimiento de distintos tipos de delitos, la mayoría provenientes de los Estados Unidos.
A estas personas, que llegan al país en condiciones de repatriadas, se les dificulta el poder reinsertarse a la sociedad, y acceder a un empleo.
Unos, llegan sin conocer siquiera algún rincón de Quisqueya, otros llegan siendo más norteamericanos que dominicanos, pues en muchos casos dejaron esta tierra siendo muy niños. Cada caso es una historia particular que, aunque quisieran contar, la mayoría se niega a hacerlo ante las cámaras, por temor a que esto les perjudique.
Lo cierto es que, según autoridades y personas que trabajan con ellos, los deportados pasan muchas vicisitudes para reincorporarse la sociedad a pesar del derecho que tienen, tras haber resarcido el daño social con el cumplimiento de una condena. Muchos cuando llegan son incluso rechazados hasta por sus propios familiares.
Según el director de la Unidad de Reinserción de Repatriados de la Procuraduría, Tirso Báez Tisol, esto ha motivado la preocupación de las autoridades, para reactivar los trabajos para asistirlos y brindarles apoyo.
Amparo Reyes, conocida como “El Águila”, es una mujer que afirma por años se ha dedicado a ayudar a los deportados con una labor humanista, a raíz de vivir esta realidad con un familiar. Asegura que hace falta que la sociedad haga conciencia de que estas personas necesitan una segunda oportunidad.
El jurista Julio César Tiburcio coincide en que son minoría los deportados que se dedican a actos delictivos en el país, aunque advierte que las autoridades están en la obligación de proporcionarles mecanismos de reinserción si se quiere garantizar una seguridad ciudadana.
Según cifras de la Procuraduría, en el país hay más de 35 mil deportados.
Autor: Yarilis Calcaño
