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The Washington Post: «Partido Republicano tiene dos semanas para derribar a Trump»

El prestigioso diario norteamericano manifestó su preocupación por el avance del magnate, Donald Trump. Pidió que caiga antes del 15 de marzo: un triunfo en las primarias de ese día lo dejaría al borde de la nominación.

Todos Estados Unidos habla de las primarias, sobre todo las republicanas, luego de un Supermartes en el que Donald Trump continúa afianzándose como el candidato del Grand Old Part (GOP). Preocupado por este escenario, el diario norteamericano The Washington Post consideró que el partido «tiene dos semanas para derribar» al magnate.

La referencia es clara: el martes 15 de marzo será otro día clave. Seis estados definirán a sus candidatos, y entre ellos se encuentra Florida, uno de los que más delegados reparte -99- y bastión de Marco Rubio, uno de los rivales del empresario inmobiliario. Pero ese día también se votará en Ohio, de donde es gobernador el también precandidato republicano John Kasich. Otros estados importantes que irán a las urnas ese día son Carolina del Norte -reparte 72 delegados- e Illinois -69-.

«No hay ninguna estrategia acordada para negarle al multimillonario de Nueva York la nominación presidencial republicana», lamentó el matutino en uno de sus análisis tras la jornada electoral más importante de las internas norteamericanas.
«Lo que es notable es que las fuerzas anti-Trump sólo despertaron recientemente respecto a la realidad de que Trump estaba en camino a la nominación. En cambio, Trump ha despertado un bloque de votantes que ha deteriorado a la dirección del partido. Y como no ha dejado de ganar, su apoyo ha seguido creciendo», agregó el diario, que citó al ex gobernador de Utah, Mike Leavitt: «Es una falacia que algún grupo pequeño puede reunirse y decidir el resultado. Eso no existe. Se trata de un mercado de ideas políticas. El partido es responsable de su estructura, pero no puede dictar el resultado».
Por su parte, Nate Cohn, un analista de The New York Times, opinó que «los resultados muestran por qué Donald Trump puede perder, pero que probablemente no lo haga». Después de un Supermartes en el que el magnate triunfó en siete estados y Cruz en tres, «un enfrentamiento uno a uno entre Trump cualquier otro es cada vez menos probable próximamente, en particular antes de 15 de marzo», cuando las competencia será en el formato «winner-take-all»: aquel que salga primero se llevará todos los delegados, a diferencia de lo que ocurrió el 1 de marzo, cuando se repartieron en forma proporcional. Al final de ese día se van a haber repartido el 60% de los delegados republicanos totales.
«La noche no pudo haber sido mucho peor para Marco Rubio, quizá el único republicano con buenas posibilidades de derrotar a Trump en un mano a mano», consideró.
Los motivos por los cuales el magnate tiene buenas chances de triunfar en dos semanas tienen que ver con el sistema electoral: aún ganando por pocos votos, se llevará los delegados suficientes para quedar al borde de la nominación republicana.
Muchos se preguntan si el empresario tiene la nominación garantizada. «No todavía. Pero es casi inevitable«, dijo Dante Scala, politólogo de la Universidad de New Hampshire.
El empresario domina la carrera por los delegados necesarios para la nominación del partido Republicano. Hasta ahora el 30% de los delegados ha sido atribuido, de acuerdo al sistema proporcional que utiliza el partido. A partir del 15 de marzo, el vencedor de la mayoría de las primarias se llevará la totalidad de los delegados. Al fin del mes, habrá sido atribuido el 62% de los delegados. Pero el tiempo corre, y será difícil para sus adversarios capturarlo. Si Trump consigue 1.237 delegados (de un total de 2.472), la partida estará definida y el empresario será nominado candidato formal del partido Republicano a las elecciones.
Si ninguno de los candidatos alcanza esa mayoría al fin de las primarias en junio, la investidura será determinada en la convención a ser realizada en Cleveland, en Julio. Los delegados primero votarán por sus candidatos, sin elegir un ganador, para realizar nuevas rondas sin compromiso de apoyar a su candidato inicial.
Funcionarios, dirigentes y personalidades del partido Republicano han amenazado no permitirse nunca apoyar a Trump y hasta con votar por Hillary Clinton, al tiempo que otros mencionan la perspectiva de un candidato conservador como tercera vía. Pero la amenaza nunca se confirma.
 
«Muchos terminarán por apoyarlo», dijo Christopher Arterton, profesor de la Universidad George Washington. Un analista conservador, Frank Luntz, estimó que es peligroso impulsar una guerra interna en el partido, ya que podría hundir a los propios dirigentes políticos.

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