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Los aspirantes demócratas protagonizan un nuevo debate

Los tres aspirantes por el Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año próximo participan este sábado 19 de diciembre en un tercer debate de campaña, aunque ahora en medio de un fuerte clima de tensión entre la favorita Hillary Clinton y Bernie Sanders.

La crisis estalló el jueves después de que el Comité Nacional Demócrata (CND) bloqueó el acceso de la campaña de Sanders a las bases de datos electorales ante denuncias de que uno de sus auxiliares técnicos había obtenido informaciones reservadas de la campaña de Clinton.

Sanders despidió de inmediato al técnico informático e interpuso una demanda legal contra el CND ante un tribunal federal por «quiebra de contrato», aunque las dos partes alcanzaron un endeble acuerdo en la noche del viernes, en una tentativa por apaciguar los ánimos antes del debate.

Clinton es la amplia favorita para conseguir la nominación por el Partido Demócrata

Clinton es la amplia favorita para conseguir la nominación por el Partido Demócrata a las presidenciales, y con su impresionante capacidad de recaudar donaciones tiene la pesada estructura de la máquina partidaria alineada detrás de su candidatura.

En tanto, el senador Sanders es un recién llegado al ruedo demócrata, ya que sus casi dos décadas de actividad en el Congreso fueron como político independiente.

Sin disfrutar de la plena confianza del partido, Sanders incomodó además a numerosos compañeros de partido cuando se definió como un «socialista democrático», un mensaje claramente destinado a atraer a los sectores más progresistas del campo demócrata.

Debate con los guantes puestos

En este escenario, Clinton y Sanders tienen en sus manos munición pesada para protagonizar un debate con temperatura elevada.

Algunas muestras de acercamiento, como cuando Sanders expresó a Clinton su solidaridad por el escándalo por el uso indebido de sus correos electrónicos de cuando era secretaria de Estado, posiblemente son ya un recuerdo del pasado.

Con una pesada agenda que atender en el Senado, Sanders posiblemente haya tenido menos tiempo para prepararse, y si el debate se centra en la política exterior y en estrategias para enfrentar al grupo Estado Islámico, Clinton podría salir del debate con su favoritismo intacto.

Pero más allá de la agria polémica puertas adentro entre los demócratas, Clinton, Sanders y el tercero en disputa, Martin O’Malley, deberán tener en cuenta la situación en el campo republicano, donde el polémico Donald Trump se mantiene como favorito en un escenario de crecimiento de la candidatura del ultraconservador Ted Cruz.

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