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Conozca la razón por la cual el presidente Lula guarda silencio sobre Haití

Presidente Lula. Foto: CDN Digital.

Haití está al borde del colapso político. A medida que la situación de seguridad del país se deteriora, la comunidad internacional está debatiendo si intervenir y cómo hacerlo.

Un gobierno que desempeñó un papel clave en Haití durante las últimas dos décadas ha pasado a un visible segundo plano. De 2004 a 2017, Brasil lideró el componente militar de la misión de mantenimiento de la paz en Haití, respaldada por las Naciones Unidas, conocida como MINUSTAH. Sin embargo, desde que el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una nueva misión a Haití en octubre pasado, Brasilia se ha mostrado un tanto tímida a la hora de apoyar la operación.

Brasil se ha ofrecido a entrenar a las fuerzas policiales haitianas, pero ha rechazado múltiples solicitudes tanto de Estados Unidos como de Naciones Unidas para proporcionar fuerzas o financiamiento para una nueva misión.

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La renuencia del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a desempeñar un papel más activo en Haití hoy contrasta marcadamente con su postura asertiva de hace 20 años.

En 2004, Lula, recientemente elegido para su primer mandato, estaba ansioso por proyectarse como una voz líder del sur global. Como parte de ese esfuerzo, buscó demostrar que Brasil podría ser un proveedor de bienes públicos globales, en este caso paz y seguridad.

Sobre la MINUSTAH

La MINUSTAH se creó en 2004 tras una revuelta contra el entonces presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide. Su objetivo declarado era ayudar al gobierno de transición de Haití a garantizar “un ambiente seguro y estable” sofocando la violencia, especialmente en áreas controladas por bandas armadas, y fortaleciendo la capacidad de la fuerza policial de Haití. Lula vio la intervención como una oportunidad única para las crecientes ambiciones geopolíticas de Brasilia.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil en ese entonces, Celso Amorim, describió la crisis de Haití en ese momento como un problema latinoamericano. Dijo que los países de la región deberían tomar la iniciativa para evitar que Haití se convierta en un “narcoestado”.

Un total de 37.000 soldados brasileños sirvieron en 26 contingentes rotativos durante los 13 años de la MINUSTAH. Nunca antes Brasil había asumido una responsabilidad tan importante en el mantenimiento de la paz de la ONU. En ese momento, el gobierno brasileño insistió en que estaba particularmente bien preparado para operar en Haití.

Brasil carecía de un pasado imperial o de una historia de intervención en el Caribe, señalaron los funcionarios, y, al igual que Haití, también era un país en desarrollo. “El enfoque de Brasil es mejor que usar armas y bombas”, dijo Lula en 2005.

Augusto Heleno, general a cargo de la MINUSTAH en sus primeros años, argumentó: “No somos una fuerza de ocupación.. Nos negamos a utilizar la violencia ciega. Somos una fuerza para la paz”. Un informe coeditado por las Fuerzas Armadas de Brasil en 2017 decía que la MINUSTAH se había convertido en “una referencia mundial” para las misiones de mantenimiento de la paz.

Más contenido por Redacción CDN

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