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Terremoto en Ecuador deja al menos 262 personas muertas

Terremoto en Ecuador deja al menos 262 personas muertas

PEDERNALES, Ecuador (AP) — La ayuda empezaba a llegar el domingo a las localidades devastadas por un fuerte terremoto que azotó la región costera del centro de Ecuador en la víspera, derrumbó decenas de edificaciones, generó destrucciones en algunas carreteras y ha dejado al menos 262 personas fallecidas y 1.580 heridas.

El viceministro del Interior, Diego Fuentes, entregó tal información en rueda de prensa, poco después de la llegada a Ecuador del presidente Rafael Correa, quien se encontraba de visita en el Vaticano.

El epicentro del terremoto, de una magnitud de 7,8 grados y el más fuerte en afectar a Ecuador desde 1979, tuvo lugar en zonas ecuatorianas escasamente pobladas, compuestas por puertos de pescadores y playas turísticas, a 170 kilómetros (105 millas), de Quito, capital del país.

La mayor parte de las poblaciones de la provincia de Manabí, en Guayaquil, la capital y otras ciudades importantes, han sido las más afectadas incluyendo a Pedernales, Portoviejo y Manta, en la Costa Pacífica.

En la mañana y tarde del domingo, residentes y rescatistas de esos lugares sacaban de los escombro decenas de cadáveres con sus manos en medio de desgarradoras escenas de dolor.

«Por Dios, ¡ayúdenme a encontrar a mi familia enterrada bajo escombros!», suplicaba frente a las ruinas de un edificio, al sur de Portoviejo, Manuel Quijije, de 27 años. Su hermano mayor, Junior, de 29, quedó enterrado en una montaña de hierros retorcidos y escombros junto a su cuñada y su sobrino.

Manuel se amaneció al pie de este edificio junto a sus familiares. Con sus manos intentaban sacar los cuerpos.

«Alcanzamos a ver sus brazos y piernas. Son ellos, están enterrados, pero la Policía nos ha sacado (echado). Dicen que corremos peligro porque puede caerse el resto del lugar. No tenemos miedo. Tenemos desesperación, queremos sacar a nuestra familia», gritaba entre lágrimas, Manuel.

Portoviejo es una ciudad devastada. Con una población que supera los 300.000 habitantes, la capital de la provincia costera de Manabí es una de las más afectadas por el terremoto.

Las calles están llenas de personas que cargan ataúdes y otros que buscan funerarias, para las exequias de sus muertos. Carlos Bravo es uno de ellos.

Con el ataúd en el hombro, este hombre de 74 años  va de prisa para poner allí a su hijo Yandri, de 45. «Se le cayó el techo de la casa encima. Estaba descansando. También murió mi nieto, de 15 años. Esto parece la guerra. Nunca había visto a Portoviejo así»., aseveró en medio de lágrimas.

Pedernales, con 40.000 habitantes, es quizá una delas poblaciones más golpeadas en donde solo quedan en pie dos o tres edificios. El resto está en el suelo.

Un residente que no quiso identificarse tenía a su lado, en el suelo, los cadáveres de su esposa y una hija, quienes murieron a consecuencia del terremoto. Esperaba ayuda para llevarlas al cementerio.

«Solo quedan dos o tres edificios, que quedaron parados», dijo a la AP, Gari Coveña, residente del lugar. Agregó que hubo saqueos en los almacenes más grandes de la población, y desde la mañana la policía trataba de poner algo de orden en el caos, mientras los sobrevivientes, usando solo las manos, removían los escombros buscando a sus seres queridos.

Otro hombre, que no quiso ser identificado, dijo en medio de sollozos: «todos hemos perdido a familia. Hay muchos muertos en las calles y bajo los escombros, muchos que están atrapados debajo de casas y edificios. Pedernales está destrozada, prácticamente no queda nada en pie. Esperamos que el gobierno nos ayude de alguna manera. Pedimos ayuda. Todo está destrozado».

Allí soldados de las fuerzas militares improvisaron un hospital en un estadio, donde cientos de personas se preparaban para dormir, por segunda noche consecutiva.

Cables de electricidad caídos serpenteaban por las calles de Pedernales sin que hubiera esperanza de que retornara el servicio de electricidad, lo que no brindaba condiciones de seguridad para que los pobladores pudieran retornar a sus casas.

Gabriel Alcívar, el alcalde de Pedernales, informó de algunos incidentes de pillaje en el caos inicial pues las autoridades estaban demasiado ocupadas tratando de salvar vidas. Con el arribo de 14.000 policías y soldados a los poblados afectados, la zona parecía mucho más controlada.

Las vías de acceso a los poblados afectados estaban literalmente cortadas por derrumbes frecuentes.

En el centro de Guayaquil, el techo de un centro comercial se derrumbó y un puente de una autopista colapsó y aplastó un coche. En la capital, Quito, el movimiento telúrico se sintió durante aproximadamente 40 segundos y la gente huyó temerosa de los edificios hacia las calles. Se cancelaron eventos deportivos y conciertos en todo el país hasta nuevo aviso.

El presidente Correa, firmó un decreto declarando el estado de excepción en seis de las 24 provincias del país.

«Todo se puede reconstruir, pero no se puede reconstruir las vidas perdidas y eso es lo que más nos duele», dijo en declaraciones al canal público EcuadorTv

Muchas de las viviendas que se derrumbaron hacen parte de barriadas y las residencias, construidas con ladrillo y cemento barato, quedaron reducas a escombros a lo largo de la trayectoria del sismo.

En declaraciones exclusivas para la AP, el Vicepresidente Jorge Glas dijo al llegar a Pedernales: «estamos con la fuerza pública, con la policía nacional, estamos activando todos los mecanismos de socorro, de asistencia de heridos, protocolos de asistencia de salud».

El ministerio de salud ha convocado públicamente voluntarios médicos para atender la emergencia. Hasta la tarde del domingo se habían producido 189 réplicas de menor intensidad del terremoto.

Glas también dijo que no se presentaron daños significativos en obras de infraestructura hidroeléctrica ni en una refinería, que luego de una última inspección entrará en funcionamiento.

Más de 3.000 paquetes de ayuda, con comida y 8.000 kits para dormir fueron enviados a las zonas afectadas. También fueron despachados 200 bomberos a Pedernales y 300 a Manabí, según un comunicado de la Secretaría de Gestión de Riesgos.

El Servicio Geológico de Estados Unidos situó el epicentro del sismo a una profundidad de 19 km (11,8 millas), 27 kilómetros (16 millas) al sur-sureste de Muisne, Ecuador.

David Rothery, profesor de Geociencias en Open University, al noreste de Londres, dijo que el sismo ecuatoriano fue unas seis veces más fuerte que el más potente de dos terremotos mortales ocurridos en el Pacífico, en la más meridional de las cuatro islas principales de Japón.

Un terremoto de magnitud 6,5 golpeó jueves cerca de Kumamoto, seguido por un terremoto de magnitud 7,0 tan sólo 28 horas más tarde. Esos terremotos mataron a 41 personas e hirieron a alrededor de 1.500. Aplastó casas y provocó grandes deslizamientos de tierra.

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