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Causa gran revuelo parada del presidente Obama en restaurante de La Habana

Causa gran revuelo parada del presidente Obama en restaurante de La Habana
Causa gran revuelo parada del presidente Obama en restaurante de La Habana

Gran revuelo causó en el centro de La Habana, Cuba, la parada que hizo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al popular restaurante San Cristóbal Paladar.

Un video colgado en las redes sociales muestra al primer mandatario llegar al establecimiento en su vehículo oficial junto a un amplio séquito de seguridad en medio de la algarabía de los cubanos que observaban la particular llegada del gobernante estadounidense en una histórica visita que inició la tarde de ayer en el país socialista.

Las imágenes muestran al presidente estadounidense llegar acompañado con la primera dama Michelle Obama, quien ingresa primero al establecimiento, seguida de su esposo, quien se toma unos minutos para saludar a las personas que gritan de alegría en los edificios contiguos al establecimiento a donde éste finalmente ingresa.

Obama inició el domingo la primera visita presidencial estadounidense a Cuba en casi 90 años cuando el Air Force One aterrizó en La Habana. Paseando por las grandes plazas de adoquines de La Habana Vieja con su esposa, Michelle, y sus hijas Sasha y Malia, Obama creó una imagen imborrable para cubanos y estadounidenses en el acercamiento que él y Castro buscaron con prudencia pero persistencia.

“Ése es el futuro que esperamos: que niños estadounidenses, niños cubanos, para cuando sean adultos nuestra esperanza es que piensen que es natural que un presidente de Estados Unidos visite Cuba”, dijo Obama a diplomáticos estadounidenses destinados en la reabierta embajada estadounidense en la isla. “Ellos creen que es natural que los dos pueblos trabajen juntos”.

En sus primeras horas en la isla, Obama creó imágenes para el recuerdo de una nueva relación entre los dos países, al caminar por las calles de La Habana mojadas por la lluvia y cenar en un restaurante de propiedad privada en un bullicioso barrio obrero. Multitudes entusiastas aparecieron al paso de su protegido convoy, en un recordatorio del profundo afecto del pueblo cubano por los estadounidenses pese a las décadas de enemistad entre sus gobiernos.

Estados Unidos y Cuba trabajan más estrechamente ahora que en cualquier momento desde que las relaciones bilaterales se deterioraron durante la revolución cubana de 1959. Pero si bien cada vez más estadounidenses acuden a Cuba, los nuevos lazos aún no han traído el cambio que muchos cubanos esperaban tras las medidas de Obama y castro para normalizar los lazos hace 15 meses.

Desde que asumió el poder en 2008, Raúl Castro ha orquestado reformas económicas y sociales con un impacto amplio y duradero, aunque para muchos cubanos y extranjeros parecen materializarse despacio. No sólo hay cientos de miles de cubanos que ahora pueden crear empresas, sino que se han suavizado las restricciones sobre celulares e internet y los ciudadanos se sienten más libres de hablar sobre los problemas del país.

Obama llegó a La Habana con la esperanza de que su visita inste a Castro a ofrecer gestos de buena fe y cambio significativo, lo que socavaría a las voces críticas que acusan a Obama de postrarse ante un gobierno autoritario. Aunque Cuba ha autorizado que las cadenas hoteleras estadounidenses Starwood y Marriott operen en el país y ha levantado las cuotas por cambiar dólares estadounidenses, esos pasos palidecen ante las amplias reformas de Obama para reducir décadas de restricciones estadounidenses.

En su primer día completo en Cuba, Obama tenía previsto colocar una corona floral ante el monumento a José Martí, un héroe cubano de independencia, antes de acudir a las oficinas presidenciales de Castro. Tras una serie de reuniones, los dos líderes tenían previsto dirigirse a la prensa. Los intentos de la Casa Blanca de que Castro accediera a una rueda de prensa conjunta parecieron infructuosos, y no estaba claro si aceptarían preguntas.

Obama también tenía previsto un acto con emprendedores estadounidenses y cubanos dirigido a impulsar el incipiente sector privado de Cuba. Por la noche será homenajeado con una cena de estado, un honor que muestra lo lejos que han llegado Washington y La Habana pese a sus profundas diferencias ideológicas.

Su visita continuará el martes con un importante discurso que según las autoridades cubanas se emitirá por televisión. Antes de salir hacia Argentina, Obama tenía previsto reunirse con disidentes políticos y asistir a un juego entre los Rays de Tampa Bay, de la Major League Baseball estadounidense, y la apreciada selección cubana de béisbol.

Sin embargo, en un claro recordatorio de que las aspiraciones de Obama sobre mejoras en derechos humanos en Cuba aún están por realizar, un grupo de manifestantes contrarias al gobierno fueron detenidas mientras el Air Force One viajaba hacia Cuba, una escena que se produce cada semana en la Habana. Se esperaba que miembros del grupo Damas de Blanco, uno de los grupos opositores más destacados de la isla, acudieran al encuentro de Obama con disidentes cubanos.

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