¿Cuánto tiempo llevan dándonos la paliza con el carro volador? Décadas. ¿Cuándo estarán a disposición del público? Y en ese caso, ¿cómo demonios se ordenará el tráfico? Nadie tiene la menor idea.
No nos engañemos, estos híbridos de dudoso futuro son carne de millonarios con espacio y algo de aburrimiento que matar, pero nos gustan, y más ahora que la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE. UU. ha dado luz verde al despegue de uno de ellos: The Transition, desarrollado por la firma estadounidense Terrafugia, empeñada en revolucionar el transporte.
Su coche-avión biplaza no luce un diseño futurista, pero funciona: en tierra se conduce de manera convencional, con volante, acelerador y freno. Cuando hay que volar, se despliegan sus alas y el aparato se controla con unos pedales que hacen las veces de timones. Un cambio de medio de lo más suave: por algo lo han llamado «La Transición». Además, sus fabricantes ofrecen cursos de 20 horas para aprender a pilotarlo, aunque válidos solo en EE. UU.
Cabe en un garaje, cuenta con aviónica avanzada y medidas de seguridad tierra-aire: airbags y paracaídas. Su velocidad máxima es de 160 km/h en vuelo (algo menos sobre el asfalto). Si quieres conocer todas sus especificaciones, las tienes aquí.
