Lo que debería ser un tema resuelto, actualmente es una problemática que va en aumento y que las autoridades parecieran omitir. Enorme el reto, pero las unidades en los centros de salud resultan pocas.
La salud mental está en estado de emergencia, según expertos, las personas se han convertido en más irritables, depresivas y reactivas, lo que causa preocupación. Los trastornos mentales van en aumento.
Existen casos que necesitan tratarse en consulta, pero hay otros mucho más graves que requieren de medicación y hospitalización.
Otra realidad es que para acceder a los servicios de salud mental en los hospitales, es una larga espera de hasta meses y en los centro privados los pagos van entre 2000 hasta 5000 pesos, mientras las ARS ignoran la realidad, lo que influye significativamente en el acceso a la consulta, pues no todos tienen la condición económica de asumir este gasto.
Según datos ofrecidos por la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, a nivel nacional no alcanzan ni siquiera 120 camas, lo que evidencia que la salud mental no es una prioridad en el presupuesto.
Especialistas en el ámbito privado absorben el público que puede pagar, pero la parte mayoritaria, posterga sus servicios de salud mental a falta de recursos, lo que se podría calificar como una bomba social.
Otro detonante, es el elevado costo de los tratamientos según la condición, lo que condena al paciente, debido a la falta de recursos económicos para asumirlos.
Aunque la salud mental no se veía como una enfermedad, el tema está cambiando, pero aún sigue existiendo la espiral económica que califica quien tiene acceso y quién no.
«Una crisis alarmante»
Profesionales de la conducta manifiestan que el país se encuentra frente a una crisis de salud mental alarmante, lo que merece atención inmediata.
La incertidumbre provocada por el Covid-19, más el efecto del aislamiento y la cuarentena, disparó los trastornos mentales que todavía siguen presentes en la población.
Las patologías más comunes registradas son: depresión, ansiedad y ataques de pánico, afectando la capacidad de trabajar, estudiar y llevar una vida productiva.
República Dominicana pertenece al 7,5% de países con un presupuesto en salud mental inferior al 1% del presupuesto destinado a la salud pública.
La psicopatía mental es otro trastorno grave imperante en el país, así lo señala el Dr. José M. Gómez, quienes lo padecen presentan un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros sin remordimiento. Este comportamiento puede causar problemas en las relaciones o en el trabajo.
La gran incidencia de trastornos mentales es alarmante y preocupante, mientras el país no cuenta con una red amplia de hospitales que brinden asistencias psiquiátricas.
