“Conócete a ti misma”, esta es una de las enseñanzas más sabias y antiguas en la historia de la humanidad. Y es que el autoconocimiento representa la base del bienestar. Este es el motivo más fundamental por el que debes saber todo sobre tu cuerpo. Y tus pezones forman parte de él.
1. De todas las formas y colores. Hay tantos pezones como mujeres en este planeta y varían de color, forma y tamaño. Así que ahora lo sabes: tú eres única, y tus pezones también.
- Sí: hablamos de “erección”. Así es: esta zona de nuestro cuerpo puede ponerse “erecta”, como ya habrás tenido la ocasión de notar. Y, ¡no solo a causa de la excitación sexual! Los pezones también reaccionan al frío o a roces accidentales.
- Siempre hay excepciones. Algunos pezones son indiferentes a la excitación sexual y no experimentan una erección. Esto significa que no hay una correlación insalvable entre esta zona del cuerpo y la excitación.
- Tenemos más de uno. Nosotras solemos notar el orificio central pero, ¡este no es el único! En cada pezón, tienes entre 15 y 20. Lo percibirás con más claridad cuando tu vida cambie para siempre y te conviertas en mamá.
- El vello no es lo más bello (pero sí lo más normal). Siempre hay algún que otro vello al que se le ocurre nacer en torno a la areola; esto es lo más frecuente. Por tanto, no debes preocuparte si esta es tu situación.
- El famoso tema de la sensibilidad. Hay mujeres que sienten placer al tacto. Pero, otras -las más sensibles- prefieren que el proceso de excitación no tenga nada que ver con los pezones.
¡La sensibilidad en esta zona también varía en una misma persona!, y todo gracias al ciclo menstrual, claro.
- Una superficie interrumpida. Tus pezones no son completamente lisos. ¿La causa? Las llamadas glándulas de Montgomery, que segregan una especie de lubricante para mantener a tus pequeños bien suaves y saludables.
- La cuestión de las secreciones. A pesar de que todavía no te hayas embarcado en la aventura de tener un pequeño y amamantar, es posible que percibas alguna que otra secreción en tus pezones, sobre todo si estos han sido estimulados o si has hecho deporte sin el sostén apropiado.
Ahora bien, si las secreciones son muy frecuentes o implican sangre, no dejes de consultar a tu médico.
- Los orgasmos. Algo de estimulación en esta sensible zona: esto es todo lo que algunas mujeres necesitan para llegar al clímax. ¿Qué tal?
Después de haber leído todos estos datos, puedes decir que te conoces un poco más a ti misma. ¡Sigue en este apasionante y gratificante proceso!