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Comentario económico: Ayuda gubernamental y quiebra de negocios

La crisis económica provocada por la pandemia ha deteriorado significativamente el patrimonio de numerosas empresas en RD

Santo Domingo, RD.- A nivel global, la ayuda gubernamental puesta en marcha durante la pandemia de la COVID-19 ha minimizado la quiebra de pequeños y medianos negocios. De esa realidad se desprenden dos preguntas: ¿Cuál será el impacto de la eliminación de esa ayuda gubernamental? ¿Cuál es el momento adecuado para eliminar ese apoyo?

En el caso de la República Dominicana, la crisis económica provocada por la pandemia ha deteriorado significativamente el patrimonio de numerosas empresas. Afortunadamente, el apoyo gubernamental otorgado a través de los programas Fase I & II redujo la tasa de quiebra empresarial durante 2020. A pesar de que el PIB retrocedió en un 6.7 % el año pasado, la cantidad de empleadores formales -los registrados en la Tesorería de la Seguridad Social- sólo cayó en un 1.4 %.

Lamentablemente, la cantidad de trabajadores activos en la TSS se redujo en un 9.1 %, al descender en 192,925 personas. El deterioro del mercado laboral fue más acentuado para toda la economía, pues, al tomar en consideración el segmento informal, se tiene como resultado que en el cuatro trimestre de 2020 se perdieron más de 300,000 puestos de trabajo. Esto significa que el costo laboral hubiese sido mayor si no se hubiesen puesto en marcha los programas de ayuda gubernamental.

El gobierno del presidente Abinader anunció al país que a final de este mes de abril se eliminará lo que queda del programa de apoyo empresarial, que es Fase I. Cabe preguntarse cuál será el impacto de esa decisión. ¿Es este el momento oportuno?

Lo mismo se preguntan en Europa. El supervisor bancario ha advertido que la eliminación de la ayuda gubernamental puede provocar un “tsunami” de quiebras de empresas. Y recomendó la adopción de políticas focalizadas de ayuda a negocios que se encuentren muy endeudados, pero que sean viables. De lo contrario se espera la creación de una dinámica recesiva que provocará un círculo vicioso de quiebra de unidades productivas. Si ese evento se materializa, habría un deterioro de la calidad de la cartera de los bancos que reduciría la posición patrimonial para unos y/o la viabilidad financiera para otros.

En el caso de la República Dominicana, me imagino que la Superintendencia de Bancos debe haber analizado el impacto que tendrá la eliminación de los programas Fase I & II sobre la probabilidad de quiebra empresarial y su repercusión sobre la banca. Facilitar la reestructuración de las deudas empresariales aumentaría la probabilidad de supervivencia de los negocios. Ojalá que las autoridades entiendan que en esta coyuntura es clave apoyar directamente a las empresas, pues así la recuperación económica estará acompañada de la creación de empleo.

Por: Jaime Aristy Escuder

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