CANTON, Ohio, EE.UU. (AP) — Marvin Harrison fue epítome de los movimientos brillantes, Orlando Pace ejemplificó la fuerza bruta. El sábado ambos ingresaron al Salón de la Fama del fútbol americano profesional
Harrison, el laureado wide receiver de los Colts, y Pace, una poderosa fuerza ofensiva como tackle izquierdo de los Rams, fueron los primeros de la generación de ocho inducidos en 2016 al recinto de los inmortales.
Las 143 recepciones de Harrison en 2002 son un récord de la NFL. Se retiró en 2008 con 1.102 atrapadas, la tercera mayor cantidad en la historia solo detrás de Jerry Rice y Tony Gonzalez. Tuvo ocho campañas seguidas con al menos 1.100 yardas recibidas con Indianapolis y ganó el Super Bowl en febrero de 2007. Sus recepciones, las 14.608 yardas y 128 touchdowns son récords de la franquicia de los Colts. Superó las 100 atrapadas en cuatro ocasiones consecutivas como el objetivo principal de Peyton Manning.
Y el sábado cerró su ciclo.
«Trabajé extremadamente duro para llegar a este momento», dijo quien fuera la selección de primera ronda de los Colts en el draft de 1996. «Jugué mi primer partido de NFL en este mismo campo».
Harrison fue invitado a ocho Pro Bowls, estuvo tres veces en el equipo All-Pro y se ausentó de tan solo 18 partidos en 13 temporadas en la NFL.
«Era un tipo callado y ensimismado», dijo el propietario de los Colts, Jim Irsay, quien lo presentó en su inducción. «Era un lobo con piel de oveja. La grandeza de Marvin es natural y a la vez merecida».
Pace fue la base en la línea ofensiva del Greatest Show on Turf de los Rams que obtuvo el título de la NFL en 1999. La primera selección global en el draft de 1997 ayudó a convertir al running back Marshall Faulk y al quarterback Kurt Warner en Jugadores Más Valiosos de la NFL, y ahora es un inmortal.
Al igual que Harrison, también tiene recuerdos del recinto de Canton, al que visitó cuando tenía 13 años de edad.
«Esta ocasión marca el logro de todas las metas que me tracé», dijo Pace de su carrera como jugador. «Esta fue mi primera meta, y aquí estoy 27 años después, en Canton, Ohio, aceptando este increíble honor-
«Mi meta siempre fue ser lo mejor posible, no solo en el fútbol americano, sino en la vida. Mi nombre en el Salón de la Fama será un recordatorio. Cuando uno se fija ser el mejor, no hay otro camino».
