Rio 2016

Las playas de Río, peligrosamente sucias

Las playas de Río, peligrosamente sucias
Las playas de Río, peligrosamente sucias

RÍO DE JANEIRO.- Cuando faltan pocos días para el inicio de los Juegos Olímpicos, los cuerpos de agua de Río de Janeiro siguen tan sucios como siempre, contaminados con aguas residuales no tratadas llenas de peligrosos virus y bacterias, de acuerdo con un estudio efectuado durante 16 meses por encargo de The Associated Press.

No sólo unos 1.400 deportistas corren el peligro de enfermar gravemente cuando participen en las competencias acuáticas, también los turistas enfrentan riesgos de salud en las playas doradas de Ipanema y Copacabana, según los resultados de los análisis realizados para la AP.

El estudio realizado en las sedes de las competencias olímpicas y paralímpicas reveló la existencia de niveles altos y uniformes de virus a causa de la contaminación, una contrariedad importante en lo que toca al proyecto de los Juegos Olímpicos de Río y que causa alarma entre veleristas, remeros y nadadores en aguas abiertas.

Los primeros resultados del estudio, publicados hace más de un año, muestran niveles virales de hasta 1,7 millones de veces por arriba de lo que se consideraría preocupante en Estados Unidos o Europa. En esas concentraciones, todo atleta que ingiera sólo tres cucharadas pequeñas de agua, casi sin dudarlo se infectará con virus que pueden causar enfermedades estomacales y respiratorias y, algo más inusual, inflamación cardiaca y cerebral -aunque el que lleguen a enfermarse depende de una serie de factores, incluida la fortaleza de su sistema inmunológico.

Desde que la AP difundió en julio del año pasado los resultados iniciales del estudio, los deportistas han adoptado medidas complejas de precaución para evitar que una enfermedad los elimine de las competencias, como tomar antibióticos preventivamente, echar cloro a sus remos y utilizar trajes y guantes de plástico con el fin de reducir el contacto con el agua.

La investigación de la AP encontró que hubo lecturas de adenovirus infecciosos —en pruebas de cultivos celulares y verificadas con protocolos de biología molecular— en casi el 90% de los lugares examinados durante los 16 meses de análisis.

«Ese es un porcentaje elevadísimo», declaró la doctora Valerie Harwood, presidenta del Departamento de Biología Integral en la Universidad del Sur de Florida. «Ese nivel de virus patógenos humanos es bastante desconocido en aguas superficiales en Estados Unidos. Jamás veremos esos niveles porque tratamos nuestras aguas residuales. Eso simplemente no se ve».

Aunque los deportistas tomen sus precauciones, ¿qué hay de los 300.000 a 500.000 extranjeros que se espera vendrán a Río con motivo de los Juegos Olímpicos? Los análisis efectuados en las playas de fama mundial de la ciudad han mostrado que además de las elevadas cargas virales, las playas a menudo tienen niveles de bacterias por contaminación con aguas residuales que causarían preocupación en el exterior, y que a veces incluso exceden las laxas normas de seguridad del propio estado de Río.

Ante las conclusiones del estudio de la AP, Harwood elaboró una recomendación sencilla a quienes viajen a Río: «No metan la cabeza en el agua».

Los nadadores que no puedan seguir ese consejo podrían ingerir agua a través de sus bocas y narices y, por lo tanto, correr el riesgo de «enfermarse de gravedad», dijo.

Pero el peligro acecha incluso en la arena. Las muestras tomadas de las playas doradas de Copacabana e Ipanema mostraron que éstas tenían altos niveles de virus, que estudios recientes sugieren que podrían representar un peligro para la salud, en particular de bebés y niños pequeños.

«Ambas tienen niveles bastante elevados de adenovirus infeccioso», dijo Harwood, quien agregó que el virus podría ser particularmente dañino en bebés y niños pequeños que juegan en la arena.

«Es de todos sabido lo rápido que un niño puede deshidratarse y hay que llevarlo al hospital», manifestó Harwood. «Ese es el punto que más me asusta».

El doctor Fernando Spilki, virólogo y coordinador del laboratorio de microbiología molecular en la Universidad Feevale en el sur de Brasil y a quien la AP le encargó realizar las pruebas de agua, dijo que el estudio no reveló mejoría considerable en las contaminadas aguas de Río -a pesar de las promesas de limpieza que se han hecho desde hace décadas.

«Desafortunadamente, lo que hemos visto en todo este tiempo es que hay una variación en los niveles de contaminación, pero fluctúa mucho más como resultado de las condiciones climáticas que por las medidas que se pudieron haber tomado para intentar eliminar esta contaminación», dijo Spilki, uno de los virólogos más respetados de Brasil.

Los puntos más contaminados están en la laguna Rodrigo de Freitas, en donde se llevará a cabo el remo olímpico, y en la Gloria Marina, el punto de inicio de las carreras de veleros. En marzo de 2015, pruebas en la laguna revelaron la impactante cantidad de 1.730 millones de adenovirus por litro; este junio, los niveles de adenovirus habían bajado pero aún estaban al nivel estremecedor de 248 millones de adenovirus por litro. En comparación, en California se vuelve alarmante cuando los niveles virales alcanzan los miles por litro.

A pesar de un proyecto cuyo objetivo era evitar que las aguas negras fluyeran directamente a Gloria Marina a través de los alcantarillados pluviales, las aguas permanecen igual de contaminadas. La primera prueba ahí, tomada en marzo de 2015, mostraba más de 26 millones de adenovirus por litro; este junio, se detectaron más de 37 millones.

Aunque las autoridades locales, entre ellas el alcalde de Río, Eduardo Paes, han reconocido el fracaso de la ciudad en sus acciones de saneamiento de las aguas en la ciudad, lo que han calificado como una «oportunidad perdida» y una «vergüenza», las autoridades olímpicas continúan insistiendo en que los cuerpos de agua de Río serán seguros para los deportistas y los visitantes.

El comité organizador local no respondió a las múltiples solicitudes para que hiciera declaraciones sobre el particular, aunque había dicho antes que las pruebas sobre bacterias que efectuaron las autoridades del estado de Río mostraron que los escenarios de las competiciones acuáticas se ajustarán a las normas locales.

El punto crucial del problema yace en los diferentes tipos de pruebas utilizadas para determinar la sanidad y la seguridad de las aguas de zonas recreativas.

Las pruebas bacterianas miden los niveles de coliformes, que son diversos tipos de bacterias que no causan enfermedades pero que son indicadores de la presencia de otros patógenos posiblemente perjudiciales que vienen en las aguas residuales no tratadas, como otras bacterias, virus y protozoos que pueden provocar diversas enfermedades, entre ellas cólera, disentería, hepatitis A y tifoidea. Efectuar pruebas bacterianas es lo habitual a nivel mundial porque son baratas y sencillas.

Pero existe un consenso cada vez mayor en que no son lo ideal para todos los climas, porque las bacterias pueden descomponerse rápidamente en climas tropicales y aguas saladas. En contraste, está mostrado que los virus sobreviven semanas, meses e incluso años, lo que significa que los bajos marcadores bacterianos en Río pueden no reflejar la presencia de altos niveles de virus.

Más noticias