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El fantasma de los abusos sexuales que acecha la visita del Papa a México

En su primera visita a México el papa Francisco encuentra una Iglesia Católica que no logra superar uno de los mayores escándalos de su historia reciente: las denuncias de abuso sexual contra menores cometidos por algunos de sus sacerdotes.

Organizaciones de sobrevivientes de los ataques dicen que las víctimas son cientos, y la mayoría de los casos están impunes.

Las acusaciones alcanzan a altos jerarcas de la Iglesia, acusados de proteger a los agresores.

Uno de los casos toca al cardenal Norberto Rivera, jefe de la Arquidiócesis Primada de México, la más importante del país.

El sacerdote fue denunciado en Estados Unidos de proteger a un clérigo señalado de cometer más de 100 abusos. El caso fue desestimado por las cortes de ese país.

Pero no es la única controversia.

Abusos en Oaxaca

En Oaxaca, en el sur del país, un sacerdote está acusado de abusar sexualmente de niños indígenas.

Las denuncias se acumularon por más de una década, en el que los padres de los menores pidieron a las autoridades eclesiales del estado una sanción al religioso.

Pero la respuesta fue moverlo de una comunidad a otra.

La Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano dijo en 2011 que no existía «denuncia verosímil» para justificar su intervención.

Hoy el sacerdote, identificado como Gerardo Silvestre Hernández, está en prisión acusado de corrupción de menores y abuso sexual.

Los familiares de los niños indígenas, así como organizaciones de sobrevivientes pidieron al jefe del Vaticano que los reciba en algún momento de su estancia en México.

Las Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), responsable de organizar la visita, dice que el tema no se encuentra en la agenda pública del Pontífice.

Pero una eventual reunión tampoco se ha descartado.

Sin castigo

Basílica de Guadalupe en México

Organizaciones como el Foro Oaxaqueño de la Niñez han documentado al menos 45 agresiones de Silvestre Hernández, pero los casos pueden duplicarse, afirman.

Muchas familias prefieren guardar silencio, le dice a BBC Mundo Alejandro de Jesús, representante del grupo.

El proceso judicial aún no termina, pero independientemente de su resultado familiares de las víctimas insisten en que también debería juzgarse a quienes protegieron al religioso.

Algo que no han conseguido hasta ahora, y por eso pidieron ayuda al Pontífice.

«No se ha realizado una investigación seria en México, no se ha castigado a nadie en la jerarquía», dice Alejandro de Jesús.

«Es hora de pasar de los buenos discursos a los hechos contundentes».

La Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, como se conoce a la autoridad eclesiástica del estado, ha dicho que en este caso no existe impunidad, porque Silvestre Hernández está encarcelado.

«Nadie tiene derecho a dañar la integridad de las niñas, niños y adolescentes, con lo cual condenamos enérgicamente la pederastia», dijo el arzobispo José Luis Chávez Botello.

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