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Cómo detectar una mentira a través del lenguaje corporal

La exactitud de las personas a la hora de detectar las mentiras sólo es ligeramente superior a lo esperado por azar o incluso inferior al azar (DePaulo, Stone y Lassiter, 1985).

Solemos confiar en nuestros juicios y valoraciones más de lo que la competencia real puede justificar. En concreto, los estudios al respecto determinan que hombres y mujeres creen haber emitido un juicio correcto de veracidad/falsedad en el 72,91% de las veces, cuando la exactitud real es del 57,29%, casi como si detectáramos una mentira ‘jugando’ a lanzar una moneda al aire, si sale cara dice la verdad, si sale cruz miente. Entonces ¿Será que somos por naturaleza nefastos detectando mentiras? ¿Se utilizan claves válidas para detectar las mentiras o nos basamos en otros aspectos para emitir juicios al respecto?

Lo cierto es que no somos buenos detectores de la mentira por naturaleza, y además la abrumadora mayoría de las creencias populares sobre los indicadores no verbales del engaño son erróneasaquí enumeramos algunas de las más difundidas (y falsas):

  1. El mentiroso mantiene poco contacto visual. Esta pauta es de las más consolidadas para juzgar como mentiroso a alguien, y equívoca, puesto que recientemente se ha demostrado lo contrario.
  2. Mira a la izquierda cuando miente. (También otros dicen que a la derecha)
  3. Micropicores, si te pica la nariz, estás mintiendo. (He llegado incluso a leer que si te pica el sobaco la axila también denota inseguridad en lo que uno dice ¡toma ya!)
  4. Cambios de postura.
  5. Mueven más sus extremidades (y es justo lo contrario).
  6. Parpadean más (y es justo lo contrario).
  7. Los mentirosos sonríen más.
  8. Se tapan la boca y se frotan la nariz.
  9. Muestran más automanipulaciones y gestos ilustrativos (y es justo lo contrario).

Pero en realidad, cuando mentimos toda nuestra conducta se paraliza, ya que nuestra energía y esfuerzo (para poder inventar/inhibir la verdad) estará en la parte cognitiva, en nuestro pensamiento. Los mentirosos mueven sus extremidades menos que las personas veraces, y la relación entre las demás conductas y el engaño no es significativa (Vrij, 2000).

Fuente: blogs.20minutos.es

 

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