Los principales parques recreativos del Gran Santo Domingo, que acogen las familias los días feriados y en horarios libres, al caer la noche se convierten en jauría de lobos, por la falta de seguridad y de iluminación.
Cuando hay luz, niños y jóvenes reutilizan materiales reciclados para improvisar partidos de béisbol en el Parque del Este.
Pero está sana distracción se ve empañada cuando se oculta el sol, aquellos que aprovechan estos espacios públicos solo disfrutan durante el día.
La misma situación ocurre en el Parque Mirador Norte, donde sus visitantes se marchan al caer la tarde.
Entrada la noche esta zona es completamente de terror. La falta de iluminación, de vigilancia policial, unida a los zonas de bosques ocasiona escalofríos al que transita por esta avenida del Mirador Norte.
Pese a que estos parques están destinados a la sana distracción y diversión de la familia, la falta de seguridad.
No caería mal que las autoridades tomaran en cuenta iluminar la zona y colocar un mínimo de vigilancia.
